Semana Santa de Granada

La 'masterclass' de los costaleros granadinos que empiezan

La primera lección que han de recibir es a hacerse la ropa o el costal. «Para ello he querido contar con algunos veteranos de la cuadrilla, David Jiménez entre ellos, para que les enseñen y les den las básicas nociones de cómo enrollar la 'morcilla' en el costal, darle las vueltas en los laterales hasta que tome la forma oportuna y también las medidas, material y conservación que tiene que tener un costal», dice uno de los técnicos que conoce bien la materia pues se encarga de confeccionarlos en su taller. Es Pablo Navarrete, quien les explica que las medidas del costal «han de ser las adecuadas a cada uno de ello, según el diámetro de la cabeza, el uso de la tela de saco, yute o arpillera, y el uso de la tela de algodón que es más suave y se adapta mejor para que no produzca lesiones».

En esta 'masterclass' se arremolinan novatos para contemplar cómo David Jiménez les explica la posición correcta del costal, la división del mismo en tres partes plegadas hacia el interior y las vueltas que se han de dar a la referida morcilla rellena de lana y bien apretada. «Es importantísimo que la estiréis bien, que no queden arrugas y que quede suave», les comenta al tiempo que comienza la siguiente fase, la puesta en la cabeza.

José Luis Pérez Raya les indica la posición correcta de la visera del costal. «Ha de quedar a la altura de las cejas» mientras se van sujetando con las manos y un costalero de confianza «comienza a tirar de la ropa», que debe quedar «perfectamente estirada por detrás del cuello, la 'morcilla' sobre la séptima vértebra y sin nada que pueda causar heridas o rozaduras».

Las noches de los jueves en esta casa de hermandad de la calle Doctor Jiménez Díaz, situada junto a la Avenida de la Constitución, la cofradía de la Alhambra abre sus puertas a los ensayos. Será hasta finales de este mes cuando la cuadrilla procederá a la 'mudá' del paso de la Virgen de las Angustias de la Alhambra a su iglesia del recinto nazarita. «Son días de convivencia y de estar a gusto con los hermanos de la cofradía, pero siempre con todas las garantías de que se está haciendo un trabajo correctamente», cuenta el capataz, satisfecho de sus más de cien costaleros que se turnarán bajo las trabajaderas del paso alhambreño.