La iglesia de Santiago, entre Elvira y Gran Vía, pasa a ser templo cofrade

Venancio Galán fue el responsable de afrontar los primeros trabajos para iniciar su rehabilitación de cara a su apertura y comenzar las actividades «religiosas y culturales que en su interior se proveerán a partir de ahora» como en su día anunció el presidente de la Federación, Armando Ortiz. Sin embargo, la dimisión del cargo por motivos personales y profesionales llevaron a que su sustituto, también graduado en Bellas Artes, a recoger el testigo y acometer, junto a otros compañeros, la adecuación del espacio religioso para que el próximo 8 de marzo, día de San Juan de Dios, se abra al culto.

Se celebrará en siete días el retiro de cuaresma de las hermandades granadinas. La segunda cita, ya de carácter cultural, será el día 15 para acoger la presentación de la revista 'Gólgota' que edita la Federación de Cofradías. Se podrá acceder ya a su interior después de ocho años cerrado y anteriormente con apertura intermitente y gracias a la estancia de la parroquia de San Andrés en él y las celebraciones convocadas por la cofradía de la Borriquilla que allí estuvo alojada un tiempo.

Después de las pasadas fiestas navideñas se reiniciaron las tareas coordinadas por el vocal Armando Ocaña y con la participación del rector del templo, el delegado diocesano de hermandades y cofradías, José Gabriel Martín y del propio presidente de la Federación de Cofradías.

A través de dos equipos se vienen desarrollando los trabajos. De un lado el encargado de la puesta a punto del patrimonio material y religioso con finalidad litúrgica. En este equipo, además del vocal federativo Armando Ocaña, se han incluido los conservadores y restauradores Mar Salmerón y Fernando Tudela, junto con el experto en liturgia Ernesto Gómez y el historiador Alejandro Vílchez. Por parte de la Federación de Cofradías también participa la vocal de Presidencia de la Federación de Cofradías, Amalia Tristán.

«Todo este equipo trabaja con ilusión y profesionalidad de cara a la apertura del templo», señalan desde la Federación de Cofradías. El deseo es que «el templo se presente acorde al espacio, patrimonio e historia que representa para Granada» y para eso se ha reordenado el patrimonio mueble de su interior «siguiendo los datos del inventario y de diferentes fuentes bibliográficas de patrimonio relacionadas con la iglesia de Santiago».

El segundo equipo de trabajo está formado por el arquitecto Luis Eduardo Iáñez y el ingeniero de edificación Jonathan Moreno, al que se une el propio vocal de Arte y Ornato. Este grupo «tiene un carácter técnico y es el encargado de realizar un nuevo plan director del templo de la calle Marqués de Falces, situado junto a la residencia María Inmaculada quien regentó la iglesia durante años. Era la conocida iglesia del Servicio Doméstico.

«El objetivo del plan es marcar unas líneas dependiendo del tipo de uso y función que se le quiera dar a este espacio a medio y largo plazo», señalan los responsables de la Federación de Cofradías. La iglesia de Santiago está levantada sobre una mezquita. y se erigió al igual que las primeras parroquias granadinas tras la Reconquista en el año 1501. Veinticuatro años después se comienza a construir siguiendo el diseño de Rodrigo Hernández. En 1543 se amplió y nuevamente en 1553 volvió a ampliarse bajo la dirección de Cristóbal Barreda. Ambrosio de Vico es el tracista de su fachada con una hornacina en el cuerpo superior con la imagen del Apóstol Santiago.

Poseía una torre mudéjar que quedó destrozada en el terremoto de 1884. En enero de 1982 se declaró monumento histórico y en la actualidad es un Bien de Interés Cultural de nuestra ciudad. Sin tener certeza del lugar exacto en su interior se tiene la certeza de estar enterrado Diego de Siloé y en ella se bautizó el escultor Pedro de Mena en 1628.

Se están dando más pasos. Por ejemplo, «la conservación preventiva» es la finalidad de las labores que se realizan para su pronta apertura. Se ha procedido a la «reorganización, catalogación y limpieza de las imágenes y bienes litúrgicos del templo que permiten no sólo garantizar su estabilidad material sino contribuir además a la preservación de su función dentro de sus fines», estrechando de esta manera la relación entre la conservación del bien inmueble y muebles y el uso para el que estuvo destinado «haciendo sostenible el patrimonio y asegurando su transmisión».