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Virgen de los Dolores el pasado Lunes Santo IDEAL
Cambia la forma de ver cofradías en Granada

Cambia la forma de ver cofradías en Granada

La necesidad de educar al público sobre el respeto que merece la festividad es innegable. Muchos de los cofrades consultados coinciden en que ciertos asistentes parecen abordar la Semana Santa como un simple espectáculo

Álvaro de la Torre Araus

Granada

Miércoles, 23 de abril 2025, 17:34

La Semana Santa en Granada es una manifestación que trasciende lo meramente festivo, consolidándose como un tesoro cultural y espiritual «que merece ser disfrutado con el respeto pero también la solemnidad que le corresponde» afirma un hermano mayor de la Semana Santa de Granada. IDEAL ha preguntado a un nutrido grupo de cofrades, entre los que se encuentran varios hermanos mayores y diputados mayores de gobierno, si la forma de ver cofradías ha cambiado estos últimos años en la ciudad. Las respuestas ofrecidas muestran una dualidad existente entre el turismo religioso y la experiencia espiritual, enfatizando la necesidad de equilibrar ambas dimensiones para preservar el verdadero significado de esta celebración.

Para la mayoría la Semana Santa de 2025 ha sido un éxito tanto por parte de las hermandades como de las instituciones. Las Estaciones de Penitencia han sido el escenario de una devoción cada vez más palpable gracias al respaldo de los granadinos viendo los cortejos o participando en ellos. No obstante, detrás del esplendor se ocultan comportamientos que perturban la esencia misma de este evento. Cofrades y miembros de Juntas de Gobierno han observado actitudes que, aunque representan a una minoría, son lo suficientemente significativas como para afectar la convivencia y el flujo de las procesiones.

La necesidad de educar al público sobre el respeto que merece la festividad es innegable. Muchos de los cofrades consultados coinciden en que ciertos asistentes parecen abordar la Semana Santa como un simple espectáculo, desprovisto de su profundidad espiritual. Este fenómeno es preocupante, ya que transforma lo que debería ser un acto de recogimiento «en una experiencia superficial, basada en la búsqueda constante de la foto perfecta o del video más impactante». «Son estos sectores, afortunadamente una minoría, que van a ver las cofradías como el que va a otro espectáculo». Varios vocales de comunicación de distintas hermandades han expresado su preocupación por este fenómeno. La obsesión por grabar cada instante no solo destruye la experiencia única de vivir el evento, sino que también contribuye a un ambiente que aleja a los asistentes del verdadero propósito de la celebración. Transformar un acto espiritual en un espectáculo de consumo desvirtúa el legado cultural y la riqueza simbólica de la Semana Santa.

Uno de los aspectos más destacados por los cofrades consultados es el comportamiento creciente y ruidoso de ciertos sectores del público. Interrumpir el flujo de las procesiones, cruzar ante nazarenos, pasos o músicos es una realidad que transforma la solemnidad del evento en un ambiente caótico. Esta falta de respeto hacia los momentos de silencio y reflexión genera una disonancia entre hermandes y público. A pesar de que, en algunos momentos del Miércoles y Jueves Santo, se ha notado un aumento en el respeto y la contemplación, todavía persisten episodios en los que el bullicio y los aplausos en los cortejos silentes «opacan la devoción que debería reinar».

Un aspecto que se quiere analizar en profundidad en la Granada cofrade es la presencia de espectadores que se agrupan en determinados puntos del centro de la ciudad con sillitas portátiles de todo tipo y manera. «También muchos optan por sentarse en el suelo, creando obstáculos que dificultan el flujo adecuado de personas» comenta uno de estos cofrades a IDEAL. A pesar de los desafíos que enfrenta la Semana Santa en Granada, hay motivos para el optimismo. La actitud más disciplinada de algunas hermandades y la capacidad de ciertos miembros para gestionar el paso de las procesiones indican que, con esfuerzo y dedicación, es posible instaurar un ambiente más propicio para la contemplación y el respeto. La observancia de un mayor respeto durante los días más significativos de la semana sagrada demuestra que hay potencial para continuar mejorando.

En conclusión, la Semana Santa en Granada es mucho más que una serie de procesiones; es una celebración de fe y cultura que demanda un trato apropiado. La formación de un público educado en costumbres y comportamientos adecuados es esencial para asegurar que el legado de esta festividad perdure y se transmita a futuras generaciones. Promover la empatía y el respeto hacia lo que representa esta festividad será la clave para asegurar que en las próximas ediciones, la Semana Santa sea recordada no solo por su belleza exterior, sino también por la profundidad de la experiencia vivida.

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