Cobre y fuego del Miércoles Santo
La cofradía de Los Gitanos devolvió imágenes tradicionales de la Semana Santa
Fernando Argüelles
Jueves, 13 de abril 2017, 03:02
Cada año son más personas las que se dan cita en las puertas de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús para presenciar la salida ... de la cofradía de Los Gitanos. Ayer, desde casi dos horas antes de que se abrieran las puertas del templo, ya había gente esperando que el Cristo del Consuelo cruzara el dintel de la puerta ojival de la iglesia de los jesuitas. Hace unas semanas bajaban desde el Sacromonte, en parihuelas, el Cristo del Consuelo y su Madre hasta el templo del Sagrado Corazón de Jesús en la Gran Vía. Ayer tocaba volver hasta la abadía, y la cofradía lo hizo a lo grande.
A las cinco menos cuarto comenzaba a salir el cortejo de la hermandad, en el que junto a nazarenos, costaleros y camareras de la Virgen no faltan ningún año numerosas representaciones de distintos colectivos y entidades que tienen concedidos títulos honorarios por parte de la cofradía. El cortejo fue cruzando la ciudad hasta llegar a la Cuesta del Chapiz, donde cambia radicalmente la imagen de la cofradía, ya que a partir de este punto son los pasos, con sus acompañamientos musicales, los que suben hasta la Abadía entre el calor de la gente. Hogueras encendidas a las puertas de las cuevas, los cantes de los gitanos, y un ambiente de fiesta que lo rodea todo, es la imagen del Sacromonte en la jornada del Miércoles Santo. Es esta, sin lugar a dudas, la cofradía más universal de nuestra Semana Santa, cuya imagen trasciende fronteras.
A muchos llamaba la atención el color cobre, típico del barrio de las cuevas de Granada, que tan presente está en gran número de los enseres de la hermandad, y en el propio paso de palio. También sorprende el amor y la devoción que, en todo el recorrido, se puede ver en torno a los pasos. No faltan los aplausos, los vivas, los piropos a la Virgen del Sacromonte y al Cristo del Consuelo, el único crucificado de cuatro clavos que procesiona en la ciudad.
Estaba acompañado el paso de Cristo por la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús del Gran Poder y la Unión Musical de Ugíjar era la que prestaba sus acordes al palio. Gran trabajo el realizado por las cuadrillas de costaleros y costaleras de la cofradía, una de las que tiene que hacer uno de los recorridos más largos de toda la Semana Santa. A las once de la noche la cofradía subía ya por la Cuesta del Chapiz, cambiando a partir de este momento su presentación en la calle. Era el momento del barrio, el arte, el flamenco, el fuego y los gitanos. Bien entrada ya la madrugada culminaba el esfuerzo de todos al coronar el cortejo Valparaíso y llegar a las puertas de la abadía sacomontana, con la Alhambra al fondo.
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