La empresa de Granada que inventó el champán y el whisky sin alcohol
Fundada en 1939, produce y vende al año doce millones de botellas que llevan el nombre de Salobreña y Granada a más de setenta países con productos de lo más innovadores
José Espadafor controla todo lo que se mueve en su empresa. Incluso el sillón que se ha cambiado para unas tareas ordinarias en el recibidor de la gran instalación de la compañía que lleva su apellido desde 1939 y que creó su abuelo ya con poderío porque llevaban por entonces esas letras algún tren con el que vendía el vino. Ochenta y seis años después, aquella empresa es un referente internacional en las bebidas sin alcohol. Las sucesivas generaciones la han agrandado en todos lo sentido.
El nieto del fundador explica, con las técnicas del mejor vendedor, la historia de la compañía, que en este caso es la historia de la familia. De hecho, en una sala, a la que para llegar hay que recorrer gran parte de las instalaciones de la primera planta, donde José saluda a los empleados, tienen un museo familiar empresarial con las fotos de los que ya no están, planchas, carteles y botellas. Es un estallido de color en las botellas de las bebidas.
Sobre ello trata la entrevista de 'Sagas Granadinas', el ciclo de entrevistas desarrollado por IDEAL y patrocinado por Cajamar.
Llama la atención el silencio en una gran instalación de una industria que vende a los cinco continentes. Producen doce millones de botellas al año. Está bien aislada la planta en la que se embotella para que el ruido no salga fuera. Las botellas se deslizan por la cinta como una coreografía programada al milímetro, que se puede observar desde las cristaleras de la primera planta. Con el máximo control de calidad por los profesionales en planta y en el laboratorio en el que trabajan también de forma constante.
José se mueve con la soltura que lo hace cualquier en su casa, de un lado para otro y pronto llega a la botelloteca, una sala que está repleta de bebidas, que son muy especiales. Es el almacén de las muestras de lo que embotellan. Las estanterías son un abanico de colores con las etiquetas del día, mes y año del embotellado. Hay una media de cuatro o cinco botellas al día. Las tienen guardadas durante tres años como marca la ley. Y hay fechas especiales, que se mantienen el producto, como la del día 12 de diciembre de 2018, que fue la última producción en la sede de la avenida de Andalucía. Conforme van saliendo botellas en esta habitación, al cumplirse los tres años, van entrando nuevas remesas.
La botelloteca acoge cada día muestras de lo embotellado que guardan durante tres años
Industrias Espadafor es un referente en el tejido empresarial granadino. En las últimas ocho décadas ha seguido una senda de crecimiento. Ha tenido varias sedes. En 2019 se mudaron a la Ciudad Industrial y Tecnológica y Área de Innovación (Citai) de Escúzar. Fueron de los primeros en hacer el traslado a este polo empresarial y de innovación en el que están ya varias empresas y donde se construirá el Ifmif-Dones. En esas instalaciones de 21.000 metros cuadrados (unos 50.000 metros cuadrados de terreno), José distingue con un primer vistazo, desde el pasillo superior a través de los grandes ventanales, que lo que se está embotellando en ese momento es una bebida que venden en Francia, es el Pisang.
Mucha maestría empresarial y oficio en la producción de bebidas in alcohol. Antes, la empresa Espadafor abrió el 11 de octubre de 1939 en el centro de Granada capital cuando Francisco Espadafor Ramírez centró su negocio en el comercio de vinos y refrescos. Más de ocho décadas después producen 321 productos distintos. Fueron los primeros en crear bebidas espirituosas sin alcohol como el whisky, ginebra, entre otros.
El empresario bromea al preguntarle si ha probado todos los productos. Dice que no. Que seguro que el 95% o 96%. Quien sí las ha probado todas ha sido José Miguel Espadafor, hijo de José, cuarta generación, que lleva en la empresa más de una década. De hecho, tras la visita de IDEAL a las instalaciones se fue al laboratorio y desde el pasillo se podía observar cómo cataba algunos de los nuevos productos con los que trabajan, porque en esta compañía no dejan de idear nuevas bebidas para todo tipo de negocios y países. Están vendiendo a más de setenta países, distribuidos en los cinco continentes. El 40% de su producción se exporta. El número de marcas que envasan se cuenta por centenares. Algunas incluso que ustedes tengan en sus mesas y no sepan que se producen en Escúzar. Sin lugar a dudas, la más señera es Castillo de Salobreña, el vino que tiene su etiqueta propia para diferentes países. Producen al año cuatro millones de botellas de este vino sin alcohol. Y, en estas fechas tan señaladas de Navidad, el champín es marca de Industrias Espadafor, incluidas las de las licencias de la patrulla canina o Bob Esponja, entre otras.
En su catálogo están incluidas otras referencias. Los granadinos se acordarán de ellas así como de las sedes de esta empresa. Recuerda, José delante de los carteles que hay en las instalaciones actuales, que en 1952, Juan Espadafor Caba, su padre continúa con el negocio del vino tras el fallecimiento de su padre. Sumó la fabricación de la gaseosa Konga y construyó la nueva fábrica en 1967 en la carretera de Madrid con 2.500 metros cuadrados de nave y 3.500 metros cuadrados de parcela. Comenzó, además, la producción de los refrescos Frutaysol y ya en 1978, ideó y comenzó la producción y venta de Castillo de Salobreña.
En 1985, tras la jubilación de Juan Espadafor Caba, tomaron el relevo Eulogio Espadafor Llobera y José Espadafor Llobera, centrando todos sus esfuerzos en las nuevas bebidas sin alcohol, comenzando con los concentrados Dama de Baza, los licores sin alcohol Frutaysol, en 1998 whissin, champín, especial para los niños, apostando por los nuevos productos, los cócteles sin alcohol, e introduciéndose en el mercado internacional. Cuando habla José de su hermano Eulogio, que falleció en 2018 de un infarto, se le quiebra la voz.
En la historia de esta empresa y familia está también señalado, antes, el año 2000 con el traslado a la nueva factoría en avenida de Andalucía con 6.000 metros cuadrados de nave y 10.000 metros cuadrados de parcela. Potenciando el lema de Espadafor: 'Calidad, servicio y precio'. Con una fuerte inversión en I+D+I. Otras fechas importantes son 2011 y 2012 con la incorporación de una nueva generación, Juan Francisco Espadafor Sánchez, hijo de Eulogio, y José Miguel Espadafor Paredes. Apostaron por las tendencias eco y bio. Impulsaron la creación de productos como Cloudem, Singría, Special Sparklings y ampliaron el mercado de la exportación.
De la botella de sifón han pasado a los diseños más innovadores del producto. Por ejemplo Cloudem con efecto oro. «Si quieres vender tienes que tener buena industria y buena tecnología», sostiene José Espadafor. Este 2025 cumple cuarenta años en la empresa trabajando porque en el negocio estuvo desde que nació. Presumen de ser una compañía familiar, aunque como apunta José Miguel ya son solo dos Espadafor. Apunta, no obstante, que la plantilla, 58 personas, son también familia ya que muchos llevan muchos años trabajando con ellos.
Tras la salida de la empresa del hijo de Eulogio, Espadafor vendió en el año 2024 esas acciones al Grupo La Martiniquaise, que factura más de 1.600 millones de euros. La empresa granadina está en los 17 millones de euros de facturación. Sigue mandando la familia Espadafor que tiene el 51% de las acciones.
José presume de haber ido creando producto a producto esta gran sociedad. Padre, director general, e hijo, responsable de exportaciones y de operaciones, están muy ocupados siempre. Con mucho que hacer. Durante el reportaje no paran los teléfonos. José Miguel cuenta que siempre están inmersos en nuevos productos y proyectos y asume la tarea con la responsabilidad de llevar el apellido de su familia por el mundo creciendo en productos y «sobre todo en calidad».
Desde Escúzar para el mundo. En la nave principal y también en las que compraron a Licores Almendralejo. Esa es la parte de Industrias Espadafor en la que crean y fabrican también algunas bebidas con alcohol. Está todo en un inmenso recinto en el que las máquinas funcionan en un solo turno, según ensalza José.
Ilusión en la Fundación
En un proyecto que están, muy ilusionados e involucrados en la familia Espadafor es en la Fundación que han impulsado. Desde 2021 están ayudando a niños necesitados fundamentalmente. José explica que a su hijo José Miguel le gustan mucho los niños y siempre ha tenido un gran interés en ayudarlos. Ahora, lo hace a través de la Fundación. Cuentan con nueve monitoras. El día 11 de diciembre la gala solidaria de Navidad del Club Cámara Granada será a beneficio de la Fundación Espadafor.
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