San Matías, un templo
El Cristo de la Paciencia volvió a despertar nuevamente la admiración de todos los que lo vieron en su discurrir por la ciudad
Fernando Argüelles
Jueves, 24 de marzo 2016, 02:58
Toda la calle San Matías se hacía ayer templo para la cofradía de Paciencia y Penas. Poco antes de las siete y media de la ... tarde se abrían las puertas del templo imperial de San Matías y empezaba a ponerse en la calle el cortejo. Estaba ya la cruz de guía llegando a la carrera oficial de Ganivet cuando el paso de palio de la Virgen de las Penas se ponía en la calle.
Muy aplaudido, en la salida, el trabajo de los costaleros de ambos pasos. Y es que a la dificultad de salvar el dintel del templo tiene que añadir el obstáculo que son los escalones situados frente a la iglesia, y que con un sobrecogedor esfuerzo logran bajar, y subir luego en el regreso al filo de la medianoche.
Muy bien presentado en la calle el cortejo de la hermandad, que en estos últimos años viene enriqueciéndose e incrementándose. El Cristo de la Paciencia volvió a despertar nuevamente la admiración de todos los que lo vieron en su discurrir por la ciudad, acompañado por los acordes de la veterana Agrupación Musical de María Santísima de la Estrella, todo un clásico ya detrás de Jesús de la Paciencia después de varias décadas de acompañamiento. La imagen de Jesús de la Paciencia es una obra cumbre, salida de la gubia de Pablo de Rojas, su perfecto modelado nos deja ver una muy correcta anatomía, siendo una de las obras artísticas más importantes que procesionan en la ciudad durante los días de la Semana Santa.
Por su parte, el palio contó con los sones de otra gran formación musical, la banda San Isidro de Armilla, presentando además un cuidado y bello exorno floral. Precisamente la dolorosa de la corporación fue restaurada, meses atrás, por Álvarez Duarte. Ayer pudo contemplarse el resultado de dicha intervención, con la dolorosa señoreando en su espléndido paso de palio, que llamaba a todos la atención por la excelente calidad de sus bordados, además del bello exorno floral que lucía.
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