Del Vía Crucis de Guadix a las Tres Caídas de Loja
En la ciudad lojeña se vivió uno de los momentos especiales con la procesión de once horas de la talla Sánchez Mesa
r. i.
Jueves, 2 de abril 2015, 00:47
En las principales localidades de la provincia, Motril, Almuñécar, Guadix, Baza y Loja siguen disfrutando de una Semana Santa de tintes tradicionales. En Loja, medio ... centenar de horquilleros procesionaron a una de las cofradías más antiguas, el Cristo de la Tres Caídas, con casi ochenta años de trayectoria cofrade. Más de once horas en la calle, en una estación de penitencia que no deja de lado ningún rincón de la localidad.
Guadix
Entre la Esperanza y la Hermandad de los Favores
El Miércoles Santo marca los contrastes de la Semana Santa con las Hermandades de la Esperanza y de los Favores. El verde y los alegres sones de la Esperanza se cruzan con los enlutados nazarenos de los Favores que guardan riguroso silencio.
A las nueve de la noche se abrían las puertas de la catedral de Guadix para dejar pasar el cortejo de la Hermandad de la Esperanza. Antes, en el interior del templo, Eduardo Ramírez, director de la Banda Municipal de Música de Guadix, jubilado recientemente, hacía sonar en las naves del primer templo de la ciudad un instrumento inédito para él: el llamador del paso de palio de la Esperanza. El cuerpo de capataces compuesto por Ángel Onieva, Juan Cascales y Rafael Soria cedían el martillo en la primera llamada en homenaje a un músico que durante años les ha acompañado con su batuta al frente de su Banda.
Este año acompañaba a la cofradía la Banda Municipal Ciudad de Atarfe, que recibía el palio en la plaza de la catedral con la marcha 'Nuestra Señora de la Paz', de Abel Moreno. La hermandad hace carrera oficial justo en el momento de su salida y se despedía de la carrera oficial con la marcha 'Mi Amargura', de Víctor Ferrer. Este año el pecho de la Virgen estaba atravesado por una daga donada por el grupo joven de la Hermandad.
La Hermandad recuperó este año la costumbre de encarar el paso a la imagen del Nazareno 'El Llavero', a su paso por Santiago. Se recuperaba así uno de los momentos más emotivos del Miércoles Santo y que simboliza la vinculación de esta cofradía con la del Jueves Santo. La hermandad tenía previsto un apoteósico regreso a la catedral a la una menos veinte de la madrugada.
En San Miguel la noche se vestía lúgubre para recibir a la Hermandad de los Favores. Silencio y devoto rezo del Vía Crucis de esta cofradía que puso tres pasos en la calle: Sentencia, Favores y Virgen de la Humildad. Este año los hermanos recogían por primera vez papeleta de sitio que los hermanos y hermanas retiraron con un donativo en forma de alimentos no perecederos.
Obligada por las obras en la calle del Paseo, la hermandad estrenaba nuevo recorrido y ofrecía nuevas estampas fotográficas en su llegada a la carrera oficial por los accesos de la catedral. Uno de los momentos más emotivos es la llegada de la Virgen de la Humildad, donde se producía el reencuentro con la Virgen de los Dolores. Las dos imágenes son obra de Torcuato Ruiz del Peral.
Loja
Once horas de entrega con las Tres Caídas
Todos los días son especiales en la Semana Santa de Loja y cada cofradía tiene su peculiaridad y su belleza propias. Pero el Miércoles Santo y la subida a la ermita del Calvario de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas es, sin duda, uno de los momentos más especiales para muchos de los lojeños que viven de manera entregada estos días. Son más de once horas de dedicación de cientos de hermanos y más de once horas, también, de multitud de personas siguiendo, paso a paso, este hermoso recorrido, especialmente emotivo a partir de comenzar la subida del Monte Hacho, al anochecer.
La venerada imagen, de Sánchez Mesa, estrenó ayer nueva corona y lució como siempre sobre su bello trono, ornamentado con flores en ese tono morado que tiñe las vestimentas y adornos de toda la cofradía. Los lojeños, nuevamente acompañados por las altas temperaturas de esta Semana Santa, siguieron con devoción la larga procesión del Miércoles Santo, con sede canónica en la Iglesia de la Encarnación. Desde las seis y media de la tarde y hasta las seis de la mañana, toda Loja estuvo pendiente de las Tres Caídas, que recorrió prácticamente todo el casco urbano, de punta a punta. Sus calles, sus templos, sus ermitas.
Tras pasar al atardecer, casi flotando, por el puente Gran Capitán en dirección al Calvario, comenzó ese hermoso ascenso que muchos intentan seguir de cerca. Portado por casi 40 horquilleros -con sus inconfundibles túnicas y medias moradas y moña y alpargatas blancas-, Jesús con la cruz a cuestas hizo su larga estación de penitencia y, con él, su corría de incensarios y, por supuesto, sus numerosos penitentes, también vestidos en los tonos morado y blanco que caracterizan a la hermandad.
Durante su dilatado desfile, la cofradía -cuyos orígenes históricos se remontan a 1926- tuvo el acompañamiento musical, imprescindible también, del grupo de tambores de la propia hermandad y la banda de cornetas y tambores 'Flor entre Espinas'.
Almuñécar
El Cristo del Perdón da paso el Descendimiento
La Santa Mujer Verónica ofreció, en la preciosidad de sus rasgos, uno de los más perfectos regalos de la imaginería procesional en Almuñécar y, al mismo tiempo, simbolizó muy bien la propia idiosincrasia iconográfica de la pasión sexitana, donde el público, con inusitado fervor, la volverá a arropar durante la celebración de El Paso en la mañana del Viernes Santo. O esa misma tarde, como Santa María Magdalena, en la procesión del Santo Entierro. Pero, sea como sea, la imagen es única y aclamada por su belleza, siendo posiblemente su hechura anterior al hecho de su hallazgo, allá por 1942.
La ciudad, que ayer abrió los días grandes de su semana mayor, se rindió al Cristo del Perdón, que representa a Jesús en su segunda caída, contemplado de cerca por la Verónica y cuya cofradía se puso anoche bajo el pórtico de la Encarnación con la luz de una tarde primaveral que animó a Almuñécar a echarse a la calle a aclamar a las primeras imágenes sagradas que inauguraron un Miércoles Santo intenso. El Señor de túnica blanca arrastró el peso de una cruz inmensa con la templanza y andar soberbio al que tienen acostumbrados sus horquilleros.
Propios y extraños se tuvieron que repartir anoche, porque un poco más tarde comenzó el cortejo del Descendimiento y Santa María del Alba desde su tradicional enclave en el barrio del Castillo y donde, quizá, luce de manera impresionante la comitiva que procesiona un portentoso misterio que plasma el desenclavamiento de Cristo y su bajada de la Cruz por Nicodemo y José de Arimatea, sucedido por la bellísima y joven dolorosa del Alba que, una vez más, se ofreció de manera elegante y hermosa. Tanto la bajada como la subida por la cuesta constituye un hito de la Semana Santa de Almuñécar.
Fiel a su tradición y encuentro con el pueblo de Almuñécar, desde la oscuridad y el silencio se extendió como un reguero de puntos luminosos la comitiva del Cristo de la Expiración, el Crucificado que cada Miércoles Santo marca el punto de inflexión en la semana de pasión sexitana, estableciéndose el antes y el después gracias al cortejo conocido como 'El Silencio'. El carácter de la recogida estación penitencial es uno de los sellos de identidad del marco cofrade local, que anoche fue realmente espléndido en lo humano y en lo devoto.
Motril
El Cristo de la Salud, emblema de devoción
En Motril, miles de personas se concentraron mucho antes de las nueve de la noche para asistir a un momento emblemático de su semana de pasión: el encuentro del pueblo con el Cristo de la Salud. Se trata de un emblema de la devoción popular de la ciudad costera al ser una imagen entronizada sobre los brazos de una decena de portadores pero, al mismo tiempo, llevada con el corazón por miles de costaleros devotos durante todo el año.
Al Santísimo Cristo, plantado en vertical a escasos metros del pórtico de piedra gris del templo victoriano y recibido con los tradicionales cánticos, le sucedió por la ciudad la imagen de Nuestra Señora del Mayor Consuelo, extraordinariamente vestida este año con un acertado ornato floral, en blanco, de todo el paso de madera tallada (único, por cierto). Llevado a su vez por costaleras con la singularidad, además, de ser una cuadrilla no solo equilibrada y amplia, sino, quizá, de las mejores que existen en la toda la Costa Tropical.
En el otro extremo de la ciudad y en el corazón cofrade del barrio de las Angustias, estrenaba la madrugada del Jueves Santo la hermandad del Gran Poder. Unas cuatro mil personas se concentran cada año en este punto de la geografía emocional del viejo Motril para aclamar al portentoso Nazareno de Sánchez Mesa, acompañado por la imagen de María Santísima del Mayor Dolor, que este año nos presentó el estreno de su elaboradísima saya procesional por los talleres 'Oro, Plata y Seda' de Motril. El misterio, nuevamente, se ofreció elegante y sobrio, engalanado con calvario de clavel rojo e iris morados en las esquinas.
Baza
El Cristo de la Salud, emblema de devoción
El Miércoles Santo en Baza, es el día de la Soledad, así ha sido y será. Pero también es el día en el que desfila la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, y lo hace muy solemne, portado por su cuadrilla de horquilleros, donde cada vez se nota más el paso del tiempo y el natural, relevo generacional. El paso del Cristo, lo dirige Francisco Javier Rueda. El capataz del paso de la Virgen de la Soledad, es Manuel Gea. Tras el paso del Cristo, va la Virgen de la Soledad, una imagen de gran belleza, a la que se le profesa una gran devoción en toda Baza. Hace años, no muchos, la Soledad también salía en viernes Santo detrás del Santo Entierro. Ya no lo hace, pero la intención de la cofradía con sede en la Plaza de la Merced, es que la María Santísima de la Soledad, desfile por las calles bastetanas, el Sábado Santo y de paso completar toda la Semana Santa con estaciones de penitencia. No obstante, el sábado se podrá visitar la iglesia de la Merced, ahora de la Piedad, donde la Soledad, estará de luto riguroso. Personas que han perdido algún ser querido recientemente, suelen acudir a vivir momentos de recogimiento.
Como suele ser habitual, la estación de penitencia de la Soledad y el Cristo de la Misericordia fue seguida por muchos bastetanos, en la salida, en la Plaza de San Juan, donde están los famosos 'Balcones de Palo' y desde donde ayer el horquillero del Cristo de la Misericordia, Ramón Rodríguez Carpio, cantó una saeta llena de sentimiento, como solo él puede y sabe hacerlo. El día anterior, Martes Santo, también le cantó una saeta a la Virgen de la Santa Cruz a su paso por la calle Ancha.
Otro momento muy seguido fue el encuentro que en el cruce del Carril, protagonizaron el Cristo y la Soledad dos horas después de iniciado el desfile procesional. Los estrenos de este año fueron dos ciriales y cuatro jarras realizados por orfebrería Aragón y Pineda de Motril.
El acompañamiento musical de la procesión de la Soledad estuvo a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores Centuria Nazarena de Linares y la Banda de Música Virgen del Carmen de Dúrcal.
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