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La vida profesional de Miguel Ángel Ruiz es una carrera contra el reloj. Es el director del SUAP, el servicio de urgencias de atención primaria del distrito Granada-Metropolitano, y recibe a IDEAL junto a una UVI móvil que luce preparada para cualquier contingencia. Durante la elaboración de esta entrevista, hubo varios avisos: ninguno tan importante como para tener que salir pitando.
–¿Qué son las llamadas enfermedades tiempo-dependientes?
–Es cuando hablamos de la verdadera emergencia: del ictus, del infarto de miocardio, del trauma grave, de la sepsis y, por supuesto, de la parada cardiorespiratoria. Son patologías tiempo-dependientes porque cada minuto que pasa sin atender al paciente supone una pérdida muy importante de posibilidad de recuperación y, por supuesto, de vida. En el caso, por ejemplo, de la parada cardiorrespiratoria, por cada minuto que el paciente esté en parada y no se le esté practicando ningún tipo de soporte, supone una pérdida del 10% de probabilidad de que sobreviva. Tenemos solo diez minutos si no hacemos nada por ese paciente. En el caso de una parada cardiorrespiratoria, tras este tiempo, la posibilidad de recuperación es cero. Los ciudadanos deben saber identificar esa patología para activar inmediatamente a las Urgencias, pero también para empezar a iniciar un masaje cardíaco. Si lo hacemos, ya no vamos a tener diez minutos, sino 15 o 20.
–¿Qué pronóstico tienen?
–Tienen un pronóstico, de entrada, malo, lo que requiere de una actuación lo más inmediata posible. En el caso del infarto o el ictus, las ventanas terapéuticas son más amplias. Ahora bien, vuelve a pasar lo mismo, no podemos tener a un paciente esperando media hora, una hora o dos. Lo bueno es que, si actuamos a tiempo, ahora tenemos una posibilidad terapéutica inmensa. Una persona que sufre un ictus tiene ahora posibilidad de que salga prácticamente bien y sin secuelas.
–En el trauma grave está claro cuáles son los síntomas, pero ¿cuáles son esas señales que nos alertan de un ictus o un infarto?
–Si estamos presenciando un ictus, lo importante es ver si hay alteración del habla, desviación de la comisura bucal o una debilidad en el brazo o en la pierna... Esos signos nos tienen que hacer sospechar de que el paciente puede estar sufriéndolo. Cualquier ciudadano que lo detecte tiene que llamar al 112. En el caso del infarto, la clave es el dolor. Lo típico del dolor del infarto es el dolor delante del corazón; en el centro del pecho. Es un dolor que aprieta. Además, suele irradiar también al brazo izquierdo. Lo puede hacer a los dos brazos o a la mandíbula, pero lo típico es un dolor opresivo centro torácico que se irradia al brazo y que normalmente no tiene nada que ver con el movimiento. Además, suele acompañarse con un cuadro de malestar y a veces el paciente refiere sudoración y puede llegar a vomitar.
Miguel Ángel Ruiz
Jefe del Servicio de Urgencias de Primaria del distr. Granada-Metropolitano
–¿Y cómo debemos actuar en caso de presenciarlo?
–Cuando presenciamos un posible cuadro de este tipo lo primero es activar a los equipos de emergencias porque hay poco tiempo y a veces con los nervios se nos olvida lo más importante. Tenemos que llamar al 112 y, si no, al 061. Inmediatamente después empezamos a hacer cosas por el paciente. Es muy importante que, primero, se mire por su bienestar. Por ejemplo, en caso de ictus o infarto tenemos que garantizar que el paciente esté cómodo. Lo suyo es una posición semi incorporada, no totalmente tumbada. Tenemos que desabrochar cualquier nudo o el cinturón para que pueda respirar con normalidad. Hay que intentar lograr un buen espacio de accesibilidad para el equipo de emergencia si es posible. ¿Por qué? Porque no es lo mismo que tenga que atender a alguien en la tercera planta, que en una planta baja. También es muy importante en la parada cardiorrespiratoria que iniciemos el masaje cardíaco cuanto antes. Sería importante que hubiese más de un colaborador y siempre hemos hablado del boca a boca, pero si no sabemos hacerlo, el boca a boca incluso se puede obviar. Hay que centrarse en el confort del paciente, pero también en que nos dé tiempo a los servicios de emergencia a llegar.
–Entonces es mejor actuar que quedarse quieto. ¿Faltan cursos de primeros auxilios o formación?
–La formación en la población es fundamental. Deberíamos de utilizar todos los medios a nuestra disposición: la televisión, radio, los grupos sociales... para concienciar de su importancia. ¿Por qué? Porque es clave el papel del ciudadano. Igual no puedo inmovilizar a un paciente herido porque no sé, pero hay siempre cosas que podemos hacer para garantizar de su supervivencia. Básicamente, hay que ver su estado, el malestar general que tiene y eso es justificación suficiente para activarse y evitar mucho mal, mucha mortalidad y muchas secuelas.
Miguel Ángel Ruiz
Jefe del Servicio de Urgencias de Primaria del distr. Granada-Metropolitano
–¿Qué papel juega la suerte en la atención de estas enfermedades?
–(Ríe) En las enfermedades de urgencias la suerte también cuenta, porque no es lo mismo que te dé un infarto cerca de un centro de salud a que te dé en mitad del campo. No es lo mismo tener un accidente cuando hace bueno a que te dé a las cuatro de la mañana lloviendo en una carretera. Ahora, nosotros tenemos que trabajar para que ese factor suerte contribuya lo menos posible. Tenemos que tener, y lo hemos hecho, recursos distribuidos a nivel provincial para abarcar cualquier accidente o cualquier situación patológica que se dé en un tiempo prudencial. Hablamos de 15, 20 o diez minutos... se sufra lo que sufra y en el lugar en el que se sufra. Ahora tenemos a nuestra disposición UVI móviles y la dotación es total. Además, trabajamos mucho en formación de los profesionales. En definitiva, tenemos que hacer que ese factor suerte sea lo mínimo y que cualquier ciudadano tenga el derecho a que su asistencia esté garantizada, ya sea en Granada o en un pueblo de la sierra.
–Podría acabar con un toque optimista esta entrevista.
–Me gusta mi trabajo. Llevo haciéndolo muchos años y creo que no nos queda más remedio que ser optimistas. Las urgencias en Granada han cambiado mucho y para bien. Se han equipado, se han adaptado y se ha garantizado la asistencia sanitaria de cualquier tipo desde la básica a la avanzada. Siempre hay lagunas, pero desde luego la perspectiva es buena. Los de azul cada vez abarcamos más. Si saliera más a la luz lo bueno que se está haciendo, cambiaríamos esa perspectiva un poco negativa que tenemos del sistema sanitario. Tenemos muy buenos profesionales, buenos medios y estamos teniendo resultados positivos. Si nosotros abordamos estas patología tiempo-dependientes de forma rápida la posibilidad de recuperación puede estar rondando el 100%. Hoy es posible que una persona de 50 a 60 años entre en el hospital por un ictus y salga del hospital andando. Y esto no pasaba antes.
–Un mito sobre las enfermedades urgentes.
–La mayoría sigue pensando que estas enfermedades tienen un pronóstico muy malo. Y no es siempre así.
–Una realidad.
–Si trabajamos todos juntos, desde el ciudadano hasta el servicio de urgencias, el resultado de estas enfermedades puede ser muy bueno.
–Un consejo.
–Ser proactivos: si todos conocemos mejor estas enfermedades, activaremos los recursos antes y se darán buenas soluciones.
–Un guiño optimista.
–La sanidad funciona; ha mejorado y mucho y lo seguirá haciendo. El servicio está garantizado.
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