Gonzalo Olivares y Javier de la Cruz reciben a IDEAL en una sala del HLAInmaculada. Ambos forman parte de la unidad de Neurocirugía de este ... hospital, que tiene entre sus deberes atender las patologías de columna que les presentan sus pacientes. Y hay trabajo, pues, como recuerdan, la lumbalgia es el primer motivo de consulta en el mundo occidental. Avisan de que la edad no perdona; ni tampoco pasar mucho tiempo (mal) sentado, entre otras cosas menos mundanas.
–¿Por qué es tan común el dolor lumbar?
–Gonzalo Olivares Granados: Se dice que es la primera causa de discapacidad en los países desarrollados y aproximadamente un 80 o 90% de las personas van a tener un episodio de dolor lumbar significativo a lo largo de su vida. Y esto parece que está aumentando en los últimos años, probablemente porque hacemos una vida más sedentaria y por el envejecimiento de la población. Hay que tener en cuenta que la anatomía de la columna es muy compleja. Intervienen muchos elementos: huesos, vértebras, discos, tendones, músculos... Y después, están las funciones que realiza la propia columna, tanto de soporte del peso del resto del cuerpo, de protección, de estructura nerviosa, como también con su gran movilidad. Y esa gran movilidad, unido a la vida que llevamos hoy en día, hace que esté sometida a un gran desgaste.
¿Cuál es el dolor más frecuente?
–G. O. G.: El más frecuente es el dolor mecánico, que precisamente se debe al desgaste de esas estructuras. A veces tenemos una mala postura y es simplemente una contractura muscular. Hay un dolor muy relacionado con la ocupación y con determinados trabajos que suponen un esfuerzo, pero la mayor parte de los casos es por ese proceso degenerativo que va ocurriendo con la edad de desgaste y artrosis. Y luego hay un porcentaje muy pequeño que podríamos decir que es el dolor que tiene algún signo de alarma o de alerta, que es el dolor inflamatorio, que aparece sobre todo tumbado en pacientes que pueden tener patología de mayor gravedad.
–¿En qué porcentaje una lumbalgia esconde algo más grave?
–G. O. G.: Los casos graves que pueden esconder detrás una infección, un tumor, una fractura… probablemente sean menos del 5% del total. Esto, cuando se habla con el paciente y se sabe su historia, se ve de forma fácil. Un paciente que ha tenido un antecedente traumático, una infección grave de algún tipo y luego comienza con un dolor muy intenso o un paciente que tiene una patología tumoral previa y que comienza también con un dolor que suele ser muy intenso y no relacionado con el movimiento.
–¿Que síntomas nos alertan de que tenemos que ir a un médico?
–G. O. G.: Lo primero es que cuando una persona tiene un dolor lumbar, lo que tiene que pensar es lo que sucede en la inmensa mayoría de los casos. En casi el 95% de ellos, ese dolor se va a curar en poco tiempo, en unas cuatro semanas. Es lo que nosotros llamamos un dolor agudo. Habría que consultar cuando ese dolor tiene ritmo inflamatorio en pacientes que tienen antecedentes de cáncer, que han tenido infecciones graves susceptibles de diseminarse o que han tenido algún tipo de antecedente traumático. Y luego, específicamente, la columna no solo hace una función de sostén, sino que también protege estructuras nerviosas. Y cuando a veces la médula espinal o las raíces nerviosas salen de esa médula espinal es cuando aparece un dolor con características neurológicas. Entonces también convendría consultar con el especialista. Lo que la gente llama una ciática… si persiste más allá de ocho semanas es conveniente consultar con un especialista. Y luego hay dolores que tienen implicación neurológica y que son también signos de alarma, que es la pérdida de peso o los problemas del control de la orina.
–¿Cuáles son las patologías de columna que más tratáis?
–Javier de la Cruz: Las hernias de disco, que cuando ocurren, producen un dolor que comienza en el glúteo y se irradia hacia la pierna, y la estenosis de canal, que es el estrechamiento del conducto por donde pasan los nervios. Estos serían los dos tipos de enfermedades que más tratamos, que son degenerativas, que tratan de pacientes que por el uso de su columna, por los años, pueden ocurrir, pero también tenemos ciertas enfermedades que atendemos porque son inflamatorias u oncológicas.
–¿Cómo las abordan?
–J. D. L. C.: Nosotros somos cirujanos. Entonces el tratamiento más común que ofrecemos es la intervención quirúrgica. Y siempre partimos de la base de ofrecer una intervención que sea lo menos invasiva posible para que tenga la recuperación más fácil para el paciente. Y eso es un poco siempre el objetivo que tenemos con ellos.
–Acabáis de poner en marcha el servicio Neurocirugía, háblenos de él un poquito.
–G. O. G.: La cartera de servicios de HLAInmaculada es muy amplia y cubre todo el espectro de patología neuroquirúrgico, desde la craneal en sus diferentes ámbitos hasta la patología espinal o del nervio periférico. El nervio periférico, como los túneles del carpo o las lesiones de compresión de nervio cubital y, dentro de la patología craneal, desde patología que denominamos funcional, a la cirugía de la epilepsia y la tumoral u oncológica. Y recientemente hemos puesto también en marcha, en colaboración con otras especialidades otro tipo de tratamientos, como por ejemplo el de los tumores de la hipófisis.
–¿Y cómo lo hacéis?
–G. O. G.: Gracias al equipo de profesionales. Actualmente somos tres y cubrimos todas las zonas de especialización de la neurocirugía. Y luego ha sido necesario incorporar alta tecnología, desde un microscopio de última generación que permite realizar intervenciones de una forma solvente, hasta un equipo de navegación que actúa como una especie de GPS que nos permite localizar con mucha precisión determinadas lesiones del cerebro y practicar cirugía menos invasiva.
–Se habla mucho de esta nueva tecnología que permite hacer cirugía mínimamente invasiva, ¿qué está aportando?
–J. D. L. C.: La cirugía mínimamente invasiva en la columna principalmente nos permite tener resultados parecidos a las cirugías tradicionales a largo plazo, pero con una recuperación mucho más rápida. Hay pacientes que tradicionalmente se tenían que quedar ingresados tres o cinco días para iniciar la marcha o caminar y hoy en día se pueden ir incluso en 24 horas.
–¿Qué podemos hacer para prevenir este tipo de enfermedades?
–J. D. L. C.: Es muy importante mantener una vida activa, realizar una actividad deportiva. Incluso con actividades dirigidas. Siempre hacemos los médicos especial énfasis en tener una vida sana con una alimentación saludable.
En pocas palabras
–Un mito sobre el dolor lumbar.
–Es falso que los pacientes mejoren con reposo; es necesario mantener la actividad e incorporarse lo antes posible a la vida habitual.
–Una realidad.
–La lumbalgia es el primer motivo de consulta en el mundo occidental.
–Un consejo.
–Haz deporte, tu columna te lo agradecerá.
–Un guiño optimista.
–La mayor parte de las veces la lumbalgia se cura antes de las cuatro semanas.
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