La victoria ante el Vélez CF lo coloca en la cuarta posición

A este Real Jaén no se le termina la incertidumbre. Lo de Melilla no fue nada más que una limosna para soñadores, para aquellos que piensan que su club es diferente al resto. Es penúltimo y el Vélez coquetea con los puestos de descenso tras sumar ante los de la capital jienense su séptima derrota consecutiva. Por eso conviene no abrir las puertas a la euforia desmedida. También porque esta semana se vuelven a poner en juego otros seis puntos vitales.

El duelo ha arrancado este domingo con un Vélez intentando jugar el esférico con criterio en la parcela ancha del terreno de juego. La intención del Real Jaén era algo más directa. La primera ocasión la firmó Juanma Espinosa y a renglón seguido, Gabri ha probado al meta local con un disparo seco desde dentro del área. Pudo ser el primero.

En el ecuador del primer round el conjunto veleño bajó el ritmo y el Real Jaén, sin ponerle mucho empeño, tomó el timón del encuentro. Pero en un balón colgado al área Anaya pudo adelantar al Vélez. Ángel de la Calzada lo evitó con una parada plena de reflejos.

Al no estar sobrado de recursos individuales, Jaime Pérez ha apostado por la inteligencia colectiva. El equipo debe cerrar la puerta de atrás, y dejar de conceder facilidades defensivas como primera asignatura pendiente. Toca resolver, cuanto antes, la marcha de Mauro y Lobato. El Vélez hacía temblar los cimientos defensivos morados en las acciones aéreas. Arturo remató con la testa y el balón no encontró portería por poco.

Verdú, pelotero que se está convirtiendo en imprescindible en el once blanco, ha sacado en corto para Juanma Espinosa una falta y el disparo lo ha rechazado el palo. Branco la alojó en la jaula. El central boliviano del Real Jaén ha ido al banquillo a celebrarlo con Sosa. El gol llegó en el minuto 39.

Y en la siguiente acción ha quedado demostrado que en este Real Jaén Juanca se ha quedado solo a la hora de exprimir fútbol sobre el verde. Su criterio futbolístico ha brotado en una acción en la que destiló velocidad, despliegue, regate y un talento múltiple que hipnotiza y atrae al espectador. Sorprende su capacidad para sortear rivales hasta que la portería aparece en el horizonte. El meta local, Juan Galisteo, le ha ganado la mano para evitar el cero a dos.

El Vélez CF es una entidad, como la jienense, inmersa en un mar de problemas institucionales. Impagos, promesas incumplidas, tres entrenadores y salida de sus jugadores más destacados. El resultado, siete derrotas consecutivas con la de ayer ante los blancos. Ortuño fue la principal novedad en el once, motivada por la ausencia de Álvaro Ocaña en el lateral zurdo por sanción. Y el joven canterano jienense cumplió con nota.

El Real Jaén sigue jugando con la equipación de la temporada del curso pasado. Una metáfora de la triste situación que atraviesa esta entidad.

El partido se ha reanudado con buenas noticias. La presión asfixiante del Real Jaén ha propiciado el robo de Verdú, ha conectó con Migue Montes que se ha asociado en la pared con un Jorge Vela que ha demostrado una precisión quirúrgica para superar al meta Juan Galisteo con un toque sutil por arriba. El partido se ha roto y se deshizo de su rígido corsé táctico inicial. El Vélez se animó y dio un paso al frente.

Pérez ha movido sus piezas buscando oxigenar a su equipo. Juanma Espinosa ha mandado el balón a las nubes en una acción en la que primero fue Pato el que perdonó el cero a tres. Y Vergara, el jugador más peligroso de los locales, estrelló el balón en la madera de la portería jienense. Quedaba un cuarto de hora. Fue la ocasión de meterse en la lucha por el choque.

Juanca repitió la acción anterior de Juanma y perdonó con otro nuevo ensayo. En la recta final del encuentro, Ángel de la Calzada salvó de nuevo los muebles en una contra en la que los centrales jienenses se vieron superados. El partido llegó a su final con una ocasión de Chumilla que no acabó en gol de forma inexplicable.