Sin pólvora en La Victoria

Ahora se abre el debate de los refuerzos. González ya dijo que el viernes que habría llegadas, pero también salidas, con un delantero seguro. Y es que contra la realidad no se puede pelear eternamente. El Real Jaén es cuarto con 30 puntos, a 12 del Linares Deportivo y seguido muy de cerca por el Almería B (29). Y la próxima semana toca rendir visita al Antequera de José Jesús Aybar.

No estaba en la lista, Adrián Paz. Ocho goles, máximo realizador de su equipo, y pilar fundamental en el esquema del técnico rojiblanco. Una baja sensible, por sanción, a la que había que sumar otras significativas como son Michael, en la órbita blanca a principio de temporada, y Montiel, futbolista que suena en los mentideros de este deporte como posible refuerzo blanco. En las filas locales también había ausencias notorias: Ramón, Fran Hernández, Marcelo y Plusco. La buena noticia fue la entrada en la convocatoria de un Adolfo que está cumpliendo los plazos de su recuperación.

Con todo, un duelo que reunía a un buen número de peloteros con clase huérfanos de un terreno de juego a su altura. El césped del Nuevo La Victoria sigue mostrando un aspecto muy irregular.

El Torredonjimeno es un conjunto que mima el esférico. Con Chumilla no se negocia el estilo ni en casa del Real Jaén. Una seña de identidad que, de inicio, les sirvió para apropiarse del balón. No están acostumbrados los blancos a que el rival les discuta la pelota, y mucho menos en su feudo. El conjunto rojiblanco imprimía una velocidad eléctrica en la zona alta. Los de Alberto González se estaban viendo sorprendidos en este inicio del choque. Pero este guión fue un espejismo.

Mandaba el equipo de Manuel Chumilla, con su hijo viendo el partido desde el banquillo blanco. El primero un pelotero admirado y querido en la capital, el segundo un joven proyecto de futbolista con clase cedido desde el Rayo Vallecano.

El fútbol se fue diluyendo en un verde infame. El ímpetu y el alto ritmo inicial se fue sustituyendo por el frío ambiental y un rígido corsé táctico que se apoderó de la creatividad de los protagonistas. El duelo estaba ahora algo más igualado, con un Torredonjimeno menos incisivo ante un Real Jaén que no daba con la fórmula para hacer daño arriba.

Depende, en ausencia de Fran Hernández, de la creatividad de un jugador diferente como Juanca. Un futbolista abusivo en esta categoría que ayer no conectó con su fútbol en el primer round. Cuando conduce, se mueve, o se asocia hay algo distinto en él. Se sabe en las miradas, y patadas, de todos los rivales. Un refugio, valor seguro, cuando vienen mal dadas. Y ayer el fútbol se fue apagando conforme pasaban los minutos.

Muchas interrupciones en un encuentro que estaba descarrilando. Los tosirianos habían dado un paso atrás, sobriedad defensiva esperando su oportunidad ante un rival que apenas les exigía.

Hubo que esperar hasta el minuto 37 para poder observar el primer lanzamiento entre los tres palos. Sosa, en un disparo con escasa mordiente, probó a Juanma.

El fútbol no encontraba su sitio en este escenario. Un Real Jaén errático por banda y convertido en un bloque extraño a la hora de atacar el sistema defensivo rojiblanco. Obligado a girar su rumbo en el segundo round para esquivar la frustración. Había que cambiar el plan, y paciencia para sostenerlo.

En este Real Jaén ha aterrizado un viejo rockero como Juan Carlos Hidalgo. Había demasiado ruido alrededor del Real Jaén y el alboroto nunca es bueno. Por eso su misión pasará por dotar a la entidad de paciencia y prudencia. A veces es positivo pisar el freno y realizar un guiño a la afición.

Tras la reanudación, el técnico toloxeño mandó calentar a Perejón, Chumilla y Ortuño. Al Torredonjimeno le estaba funcionando el plan de contemporizar, hasta la exasperación de la parroquia local, y con la complicidad del colegiado, el partido. Pero tampoco el Real Jaén hacía mucho por revolucionar el duelo. Confundido, los locales estaban siendo víctima del atropello de una preocupante falta de ideas ofensivas. Protagonistas con miradas y caras aturdidas y desconcertadas. Un guión encaminado a un naufragio difícil de evitar.

Vicente derribó en el área a Juanca al cuarto de hora de la reanudación. Un partido plagado de zafios errores solamente se podía romper de esta forma. Pero Miguel Martín se topó con el acierto de Olivares, que logró despejar el balón al larguero. Respondió Sergio en el otro área y se topó con Ángel de la Calzada. El partido aumentaba sus revoluciones, en otro espejismo. Se seguía jugando a lo que deseaba el Torredonjimeno y no a lo que, se supone, sabe el Real Jaén.

Juanca estuvo cerca de romper el partido en una acción en la que rompió el entramado defensivo rival y se asocio con un Javilillo que falló en la definición. Minuto 70 y el partido seguía sin goles. En el minuto 76 entró al terreno de juego Álvaro Chumilla en sustitución de Vela Rodríguez. Un padre y un hijo enfrentados sobre el verde. Pero este encuentro no estaba forjado para la épica ni para nada reseñable.