Santi Villa se disfraza de 'killer'

Después de que Juan Miguel Hitos visitara la capital jienense la semana pasada y pusiera al día las cuentas de la entidad de esta campaña, abonando por adelantado a los jugadores y empleados del club la nómina del mes de noviembre, todas las miradas se posaron en el duelo ante el Atlético Sanluqueño, donde se hacía necesaria la victoria para alejarse de los puestos de descenso al infierno de la Tercera División. Y los jugadores jienenses cumplieron con su parte del trato.

Cinco minutos tardó el conjunto blanco en presentar su tarjeta de visita al meta Manuel López. Un saque de esquina de Santi Villa lo cabeceó Mikel Orbegozo, completamente solo en el área pequeña, obligando al cancerbero visitante a salvar el primero de forma milagrosa.

Orden visitante

El Atlético Sanluqueño esperaba a los blancos ordenado atrás. El plan de Falete pasaba por sellar su portería y aprovechar alguna contra para sorprender a los locales. Los pupilos dirigidos por Ramón Tejada aceptaron el reto de llevar la iniciativa del choque y fueron sumando múltiples llegadas al área rival. Quesada, de nuevo tras un saque de esquina, no encontró los tres palos.

Roberto, con un lanzamiento con mucha intención desde la frontal, que se perdió cerca del palo derecho de Felipe firmó la ocasión más peligrosa del Atlético Sanluqueño en este primer round. Los de Rafael Carrillo se animaron y el duelo se igualó con un entretenido intercambio de golpes. Pero fue sólo un fugaz espejismo.

El capitán blanco ejerció su rol de artillero blanco para abrir la lata a la media hora. Villa recibió en banda izquierda, amagó y se sacó con su pierna derecha un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer el meta Manu. Era el quinto tanto del jugador linarense esta temporada y no sería el último.

El gol siempre fortalece la idea defensiva del equipo que pasa a ganar, mientras que el perdedor resigna orden por ir a buscar el empate, y rompe el equilibrio de pizarra que provoca choques múltiples en el medio campo. El juego es el argumento, pero el gol es el problema, el detalle crucial, la llave que abre una puerta y en el caso de los blancos ésta fue colosal.

El tanto mejoró al Real Jaén y destrozó a un Atlético Sanluqueño de moral frágil y que acusó el golpe hasta el punto de transformarse en fantasmas que perseguían sombras blancas.

Los de Falete dieron un paso al frente, pero sin orden, criterio, ni concierto y recibieron un severo correctivo. Carmona despeja de chilena una acometida visitante, Orbegozo conecta con Molina que aguanta y asiste a Trujillo para que encare a Manuel marchándose en velocidad y superarle cruzando el esférico. Una contra de manual a falta de cinco minutos para llegar al descanso.

Y en el 44, en pleno desconcierto visitante, Santi Villa cabeceó a la red un medido centro de Trujillo, que también estaba haciendo méritos para ser uno de los peloteros con clase del encuentro.

Falete realizó en el inicio del segundo tiempo dos cambios. Entraron Iglesias por Dani Jurado y Sánchez por Borja Jiménez. Buscaba la reacción, que sucediera algo sobre el verde del coliseo blanco, muy mejorado después de los trabajos de resembrado del césped y de las dos semanas sin pisarlo.

En todos los partidos de los jienenses, aunque estén encarrilados, no puede faltar la mano salvadora del meta Felipe Ramos. Iglesias intentó sorprender al cancerbero madrileño sin éxito.

Respondieron los locales con un centro del canterano David Ordóñez que cabeceó Orbegozo a las manos de Manu.

El colectivo The North Fans aprovechaba para reivindicar el fútbol en su horario tradicional. En una pancarta se podía leer: «El fútbol por la tarde». Habrá que ver si la directiva toma nota. Lo cierto es que ayer la afición dio la espalda al duelo en la jornada matinal del domingo. No llegaron a 1.500 espectadores los que se dieron cita en el Nuevo La Victoria, ni la mitad de los abonados de la entidad.

El Atlético Sanluqueño estaba creciendo, de forma tímida y sin hacer ruido en el partido. Alberto no encontraba la portería jienense en una nueva llegada visitante.

Y en el 58 el mejor pelotero gaditano, Etamane, acortó distancias con un disparo desde la frontal. Habían salido aletargados los blancos del túnel de vestuarios y lo pagaron dando algo de vida a su rival.

Pero Trujillo apareció para firmar una galopada por banda derecha y poner el balón al segundo palo con el efecto abriendo hacia fuera para conectar con la llegada de Santi Villa. El capitán jienense firmó un hat-trick y su séptimo gol liguero. Según la cuenta de Twitter, 'Datos Real Jaén', cuatro años y seis meses después un jugador blanco hacía tres tantos en un partido oficial, después de que lo lograra Juanma Ortiz. Si había surgido alguna duda, finiquitada por la vía rápida (4-1).

Tejada empezó a mover sus piezas en el minuto 70. Mikel Orbegozo, molesto porque no quería marcharse pensando que podía participar del festín goleador, dejó su sitio en el campo a Vitu. No anda fino el ariete vasco del Real Jaén en su faceta realizadora. Un sólo tanto ha firmado esta temporada, en la jornada undécima en la victoria ante el Granada B, en trece partidos disputados.

Precisamente Vitu vio, impotente, la anulación de un tanto por supuesta posición antireglamentaria, muy dudosa, tras un perfecto centro de Molina.

Y a renglón seguido el Atlético Sanluqueño volvió a acortar distancias en el marcador al transformar Parada un penalti cometido por Álex Carmona. Minuto 75 y el Atlético Sanluqueño se resistía a darse por vencido.

Trujillo, justamente ovacionado por la parroquia blanca, se marchó siendo sustituido por Rafa Mella.

Un gol podría trasladar la incertidumbre al conjunto jienense, pero el Atlético Sanluqueño no logró inquietar el portal de Felipe Ramos. Incluso fue el Real Jaén quien, a la contra, buscó el quinto.

Joserra, que quizás debió de disfrutar de más minutos en un encuentro decidido, saltó al campo en la recta final de un duelo que había quedado decidido en la recta final de sus primeros 45 minutos.

El Real Jaén celebró la victoria y aumentó su colchón con los puestos de descenso. Si no se tuerce, toca semana tranquila en la casa blanca.