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Paros, un paraíso azul y blanco con playas de ensueño y pueblos tradicionales

Paros, un paraíso azul y blanco con playas de ensueño y pueblos tradicionales

Aúna todas las virtudes y cánones de belleza de las Islas Cícladas, un territorio idílico en el Egeo griego

Álvaro Romero

Jueves, 4 de octubre 2018, 11:58

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La isla griega de Paros forma parte del archipiélago de las Cícladas, ubicadas en mar Egeo, al sur del territorio continental heleno. Es sin duda una de las joyas del Mediterráneo pese a estar siempre a la sombra de las famosas Mykonos y Santorini, se sitúa a medio camino entre ellas siendo para muchos turistas tan solo un territorio de paso, para otros, los que deciden conocerla en profundidad, todo un acierto. Una isla tranquila y familiar.

Paros dibuja un territorio idílico entre paradisiacas playas y pueblecitos tradicionales. Con tan solo 200 kilómetros cuadrados y 15.000 habitantes se consolida como la tercera isla más grande de su archipiélago. En el terreno escasea la vegetación y se intercalan la llanura y la montaña dejando espacio para el cultivo. Cuenta a su vez con uno de los puertos más importantes de la zona, cruce de caminos entre las islas del norte y el sur, recorrido habitual para millones de viajeros de todo el mundo que deciden conocer la región, especialmente en periodo estival.

Parikia y Naousa

Los dos municipios más importantes de Paros, Parikia y Naousa, presentan características comunes, ambos se disponen frente a grandes golfos naturales. El primero de ellos está considerado como la capital de la isla y alberga el puerto, desde donde salen y hasta donde llegan decenas de ferris a diario. Es un clásico pueblo local de casas blancas, callejuelas, pequeñas ermitas y molinos de viento, no faltan tiendas y restaurantes de comida típica cuidados al detalle.

Naousa, por su parte, es un pueblo de postal. Considerado como uno de los más bonitos de las Cícladas, su entramado de callejuelas se convierte en un laberinto de encanto. Perderse entre sus calles es más sencillo de lo que parece y a su vez la mejor manera de descubrir cada rincón que esconde. El color blanco de las casas encaladas tan solo se ve alterado por barandillas, puertas y ventanas de color azul; y floridas buganvillas que adornan con tonos rosas y morados, dejando caer sus pétalos sobre los suelos empedrados.

El puerto antiguo de Naousa es una oda a la belleza, restaurantes y tabernas disponen sus mesas y sillas de madera junto al mar, donde flotan coquetas barquitas de pescadores que ponen a secar al sol sus pulpos recién pescados. Tiendas, locales de hostelería y ermitas típicas salpican el municipio, aprovechando cada resquicio.

Aldeas de interior

La vida en Paros no solo discurre junto al mar, en el interior aparecen pequeñas localidades y aldeas tradicionales que respetan en cada detalle la arquitectura típica del archipiélago. Lefkes, Kostos y Marpissa son los más destacados en cuanto a tamaño, lugares hermosos que merecen la pena ser visitados. Pero, si hay un rincón realmente mágico ese es Prodromos, cada una de sus calles es una sorpresa para el visitante que se llevará de esta aldea una imagen difícil de olvidar y cientos de fotos, pues sus calles son las más fotogénicas de la isla.

De playa en playa

Paros es, junto a Milos, la isla que mejores playas ofrece. Perfecta también para los que buscan la tranquilidad del mar y el calor del sol. Las distancias allí son cortas y es posible explorar el terreno en dos días, aunque lo ideal es invertir al menos cuatro. El transporte público conecta con las playas más destacadas pero, para no depender de horarios cerrados, lo ideal es alquilar un coche, quad o moto, estas dos últimas son las opciones más frecuentes entre los turistas.

Kolimbithres, al norte de la isla, es sin lugar a dudas su playa más espectacular. Un terreno rocoso cuya rareza la hace única. La erosión y la caprichosa naturaleza han esculpido la piedra logrando formas fascinantes que dejan espacio a pequeñas calitas de agua cristalina. Un rincón paradisiaco donde disfrutar del sol y los fondos marinos que regala el Egeo.

La secundan otras mucho más ordinarias pero no por ello menos bellas, arenales amplios con ambiente familiar que invitan al baño entre aguas transparentes y arena dorada. La playa de Santa María, Pounda Beach y Golden Beach son ejemplos de ello. Aliki, en la parte sur de Paros, es la guinda del pastel. Un enclave imperdible de carácter marinero cuyas casitas de pescadores y restaurantes típicos discurren frente a una preciosa playa en forma de media luna. Allí es posible degustar la exquisita gastronomía isleña y probar algún pescado del día.

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