Edición

Borrar
Una escapada en busca del frío y la nieve a la ciudad de Burgos

Una escapada en busca del frío y la nieve a la ciudad de Burgos

Considerada como una de las urbes más frías de España, alberga rincones con encanto que alcanzan su mayor expresión en invierno

Álvaro Romero

Jueves, 15 de noviembre 2018

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando llega el invierno la ciudad de Burgos es sinónimo de frío y nieve. Considerada como una de las regiones más gélidas de la Península Ibérica se convierte, también, en un lugar perfecto para realizar una escapada, pues sus encantadoras calles, plazas y rincones alcanzan la máxima expresión durante esas fechas en cuanto a belleza y singularidad se refiere.

El entorno no desentona y contribuye a formar un ambiente invernal y navideño mágico, más propio del centro y norte de Europa. La provincia burgalesa cuenta con infinidad de tesoros naturales y pueblos repletos de encanto. Pequeñas localidades con historia y solera que ofertan excelentes alojamientos, restaurantes donde degustar la cocina local y actividades para todos los gustos.

Con temperaturas que a lo largo de la historia han llegado a ser inferiores a los -20 grados centígrados, la ciudad de Burgos ha visto en varias ocasiones cómo el mercurio marcaba mínimos históricos. Factor que los turistas pueden combatir frente a la chimenea de alguna de sus casas rurales, con su contundente y calórica gastronomía tradicional o simplemente recorriendo las calles con una buena ropa de abrigo.

Raíces medievales

A orillas del río Arlanzón se levanta la hermosa urbe de Burgos. Enclavada en el Camino de Santiago, aún conserva importantes vestigios de su esplendor medieval. Periodo histórico relevante para la comarca, pues marcaría un antes y un después en su evolución económica, arquitectónica y cultural, alcanzando importantes niveles de desarrollo.

Progreso sorprendente al nacer como un humilde burgo militar y terminar ostentando la capital del Reino de Castilla y León entre los siglos X y XV, siendo centro político y administrativo del territorio. La privilegiada situación del municipio hizo posible dominar el comercio de la lana y consolidar su poderío económico.

Entre sus calles

Recorrer a pie las calles burgalesas es todo un privilegio. Su obra maestra, la Catedral, está considerada como uno de los ejemplos arquitectónicos de estilo gótico más importantes de Europa y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984. No es para menos, levantada entre los siglos XIII y XVIII, muestra una fachada imponente, capaz de captar todas las miradas. Sus agujas se elevan por encima de las casas colindantes y se dejan ver desde cualquier parte de la urbe. En el interior se encuentran los restos del Cid Campeador y su esposa doña Jimena, además de obras de arte de un valor incalculable.

El río Arlanzón divide el casco histórico en dos partes, unidas por varios puentes, entre los que destacan el de Besson y el de Santa María. A este último se accede atravesando el arco homónimo, situado muy cerca de la Catedral. La Casa Consistorial, por su parte, se hace hueco en la preciosa Plaza Mayor, de peculiar suelo rojizo, yace rodeada de edificios de diseño popular que albergan bares y restaurantes, ideales para degustar la exquisita gastronomía local.

La arquitectura civil presenta abundantes y bellos ejemplos como son: la Casa de Miranda la de Angulo y la Del Cordón. De carácter religioso y visita fundamental son el Real Monasterio de las Huelgas Reales, la Cartuja de Miraflores y la iglesia de San Nicolás, todos ellos edificios situados muy cerca del centro histórico.

Dominando la ciudad

Sobre el cerro de San Miguel aparece el Castillo de Burgos, construcción militar y defensiva que vigila la ciudad y su entorno. Testigo de mil batallas protegió a sus pobladores de las invasiones musulmanas y más tarde sirvió como alojamiento para reyes e infantes, prisión y fábrica de pólvora.

Cuenta con un centro de interpretación donde conocer la historia de esta fascinante ciudad y todos los ricos parajes que le rodean. Además, desde el mirador colindante se puede contemplar todo el casco histórico de la ciudad, quedando en primer plano la Catedral.

En el castillo se atribuye el origen de la ciudad de Burgos. En torno a él se levantó una muralla defensiva que abarcaba desde el castillo hasta la ribera del río. Cuando se finalizó, contaba con 93 torres circulares o cubos y doce puertas. Actualmente el Paseo de los Cubos, es una de las partes mejor conservadas de la fortaleza medieval.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios