Escapadas de alta velocidad: qué ver en las ciudades conectadas con Granada por el AVE

Desde esta semana, por tanto, ya es posible subir a un tren de Alta Velocidad AVE en la capital granadina con destino a ocho ciudades españolas: Córdoba, Puente Genil, Antequera, Madrid, Barcelona, Zaragoza, Lérida y Tarragona. Hoy les proponemos un recorrido por los encantos de estos ocho destinos, a los que será posible llegar desde Granada, a partir de esta semana, en un tiempo récord.

Si Granada hipnotiza a sus visitantes con su embrujo, la belleza musulmana de Córdoba cautiva con su duende. Esta ciudad andaluza es un destino perfecto para una escapada de fin de semana, ya que en ella encontramos cultura, historia y belleza a partes iguales, además de una amplia oferta de ocio.

Sin duda alguna, la primera parada obligada es la Mezquita-Catedral, uno de los máximos exponentes de la arquitectura andalusí, junto con la Alhambra de Granada. Se trata del emblema de Córdoba, construido en el siglo VIII. El Patio de los Naranjos, la masqura y el mihrab son algunos de los atractivos de este increíble templo andalusí.

Muy cerca de la Mezquita se encuentra el Puente Romano. Actualmente se ha convertido en un paso peatonal sobre el río Guadalquivir, que invita al paseo y a contemplar el atardecer junto a la Torre de la Calahorra.

Otra visita obligada en la ciudad de Córdoba es la antigua Judería, el barrio en el que residían los judíos entre los siglos X y XV. Sus callejuelas estrechas y frescas, su sinagoga y su aire tradicional hacen de este barrio uno de los rincones más bonitos de la ciudad.

Además, durante nuestra visita podemos descansar tomando un refrigerio en cualquiera de los locales de la Plaza de la Corredera, visitar los patios engalanados del Alcázar Viejo (sobre todo en primavera) o degustar sus famosos flamenquines, el salmorejo cordobés o el rabo de toro, los platos más populares de esta espectacular ciudad andaluza.

En el centro geográfico de Andalucía y entre tres provincias andaluzas, se encuentra Puente Genil, una ciudad con historia y patrimonio monumental y natural, atravesada por el Genil y con parajes naturales de gran relevancia como el pantano de Cordobilla, Los Castellares o la laguna de Tíscar.

Visita obligada en nuestra escapada a Puente Genil es el paraje de Fuente Álamo, ubicado a tres kilómetros del casco urbano. Allí está enclavada la villa romana del mismo nombre, un importante conjunto de arqueología, cuya estructura se encuentra en excepcional estado de conservación.

Además, en el casco urbano de Puente Genil es posible visitar numerosos ejemplos de patrimonio histórico, como iglesias (Parroquia Matriz de Ntra. Sra. de la Purificación y la Ermita del Dulce Nombre de Jesús), casas palaciegas (Casa-Palacio de los Duques de Medinaceli, la de la familia Ximénez-Montilla, de la familia Reina o la de Leopoldo Lemoniez) torres de singular belleza o el Puente de la Unión sobre el Genil.

En cuanto a la gastronomía de Puente Genil, los productos derivados de la matanza del cerdo ocupan un lugar destacado, como el lomo adobado y los chorizos caseros. También forman parte de su cultura gastronómica el flamenquín, el salmorejo o el lomo con almendras.

Y finalizando con los destinos andaluces que el AVE conecta con Granada, nos dirigimos al municipio malagueño de Antequera. En su término municipal encontramos, como uno de los principales atractivos turísticos, el paraje de El Torcal, una de las muestras más impresionantes del paisaje kárstico de toda Europa. Cuenta con la calificación de Paraje Natural desde el 18 de Julio de 1989, que dota a la zona de una protección especial para sus importantes valores naturales: geomorfología, flora, fauna y paisaje.

En cuanto a su patrimonio histórico, los dólmenes de Antequera, por su espectacularidad y magnífico estado de conservación, son un elemento imprescindible para comprender el fenómeno del megalitismo peninsular y europeo. Un buen ejemplo es el dolmen de Menga se levantó hace unos seis mil años. De gran importancia histórica es, también, la Alcazaba de Antequera, o el Arco de los Gigantes, datado en el año 1585.

En cuanto a la gastronomía, uno de los platos más conocidos es la porra antequerana, que se elabora fundamentalmente con pan, aceite, ajos y tomates. Otros platos típicos son el ajoblanco, el pimentón, el gazpachuelo, las migas y algunas ensaladas, como el pío antequerano. Y no podemos hablar de gastronomía antequerana sin hacer referencia a sus famosos molletes, un tipo de pan árabe de miga blanca, que se elabora de forma artesanal.

El AVE y su recién estrenada conexión entre Madrid y Granada facilitará a los granadinos el acceso en un tiempo menor a la capital de España, una ciudad que ofrece infinitas posibilidades de ocio y en la que es imposible aburrirse.

En nuestra escapada a tierras madrileñas, no debemos dejar de visitar la Gran Vía, la calle más famosa de la capital, en la que destacan emblemáticos edificios como el de Telefónica o el Edificio Metrópolis, además de albergar grandes teatros en los que se representan las mejores obras y musicales del momento.

La Puerta del Sol, la mítica plaza de las Campanadas de Nochevieja es otro de los lugares de visita obligada. Allí se encuentra el Kilómetro 0 de las carreteras radiales de España, un curioso dato plasmado en una baldosa, donde los turistas inmortalizan su visita. Muy cerca de la Puerta del Sol, encontramos la Plaza Mayor, con 129 metros de largo y 94 de ancho, una imponente plaza en la que encontramos numerosos rincones dignos de admirar.

Para desconectar unos minutos del ruido de la gran ciudad, podemos dar un paseo por El Retiro, un jardín histórico situado en el centro de Madrid. Y para completar nuestra visita a la capital, no debemos olvidar el Palacio Real, el Museo del Prado, el Rastro, la Puerta de Alcalá, el Templo de Debod o la Catedral de la Almudena.

En cuanto a la gastronomía, no podemos abandonar la ciudad sin haber probado su cocido madrileño, su bocadillo de calamares o degustar los churros con chocolate de la mítica Churrería San Ginés, fundada en 1894.

Y de la capital de España nos vamos a la segunda ciudad más grande de España y una de las más turísticas: Barcelona. Sin duda alguna, la primera visita obligada en esta ciudad multicultural es la Sagrada Familia, la obra maestra inacabada del genial arquitecto Antoni Gaudí y el monumento más visitado de Barcelona.

En nuestra visita a la capital de Cataluña también debemos dar un paseo por Las Ramblas, una de las calles más famosas de la ciudad, que transcurre entre Plaza Cataluña y el Monumento a Colón, ubicado junto al puerto antiguo. Durante el paseo encontramos distintos lugares de interés, como el mercado de La Boquería.

En cuanto a los barrios, es imprescindible hacer una visita tanto al barrio de Gracia, donde encontramos la Casa Batlló y la Pedrera, como al barrio Gótico, el más antiguo de Barcelona y cuyo origen se sitúa en la época romana.

Por otro lado, Barcelona cuenta con algunos parques dignos de admirar, como son la Ciutadella, el Parc Güell o la montaña de Montjuic, uno de los mejores miradores de la ciudad.

En cuanto a la gastronomía, no podemos finalizar nuestra visita sin probar el «pa amb tomàquet», los calçots con salsa romesco, los canelones o la butifarra catalana.

Continuamos nuestro recorrido por las conexiones del AVE con Granada, haciendo una parada en Zaragoza, iniciando nuestra visita en la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar, el lugar más emblemático de la capital maña y una de las obras del barroco más importantes del país. Y aprovechando la visita, podemos tomar el ascensor que nos elevará a unos 65 metros para contemplar las mejores vistas desde el mirador de la torre San Francisco de Borja.

Continuamos nuestra visita en el monumento árabe por excelencia de Zaragoza: el Palacio de Aljafería, levantado en el siglo XI por orden de Al-Muqtadir. Si queremos desconectar unos minutos, podemos dar un paseo (caminando, en bicicleta o en barca) por el parque de 120 hectáreas situado junto al recinto de la EXPO. Y para disfrutar un poco más de la naturaleza, qué mejor que un paseo en piragua por el río Ebro.

Y una vez hemos pateado toda la ciudad, podemos sumergirnos en el casco histórico de Zaragoza y comer o cenar en alguno de sus establecimientos, para degustar los platos típicos de la región, como son el ternasco de Aragón, el pollo al chilindrón, el arroz a la zaragozana, los huevos al salmorrejo o el bacalao al ajoarriero.

Lleida es otra de las ciudades catalanas conectadas con Granada a través del AVE. Esta ciudad cuenta con multitud de atractivos, como la Seu Vella, el símbolo de la ciudad por excelencia. Se trata de la catedral antigua, ubicada en la cima de una colina, ofreciendo panorámicas impresionantes de la ciudad. En cuanto a la Catedral nueva, está ubicada en el centro de Lleida y fue construida en el siglo XVIII, para sustituir a la Seu, que había sufrido grandes daños durante la Guerra de Sucesión.

El Castillo del Rey también es un imprescindible en nuestra visita a Lleida. Se trata de uno de los edificios civiles más importantes de la ciudad, cuyo interior alberga una exposición a través de la cual es posible conocer su historia. Y también forma parte de la historia de la ciudad el Castillo Gardeny, una edificación templaria del siglo XII enclavada en lo alto de una colina.

Por último, finalizamos nuestra visita degustando unos exquisitos caracoles «a la llauna» acompañados de ajolio, una escalibada o la butifarra catalana.

Finalizamos nuestro recorrido en otra ciudad catalana: Tarragona, un lugar en el que se respira la historia del Imperio Romano, un patrimonio protegido por la UNESCO desde el año 2000. Empezamos nuestra visita con un paseo por la Rambla Nova, de un kilómetro de longitud, hasta desembocar en el Balcón del Mediterráneo, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, por sus bonitas vistas al mar, al puerto y al Anfiteatro.

Y precisamente el Anfiteatro de Tarraco es nuestra siguiente parada. Se trata de una pieza fundamental del conjunto arqueológico de Tarragona, declarado Patrimonio Mundial. Fue construido en el siglo II para albergar espectáculos con fieras, luchas de gladiadores y ejecuciones públicas.

La Plaza del Rey, la Catedral de Tarragona, o el Paseo Arqueológico, un paseo peatonal de 1 km que transcurre paralelo a las antiguas murallas romanas, completan nuestra visita a la ciudad catalana, que finalizamos degustando sus platos típicos, como los calçots o los carquinyolis.