'La agencia': la tortilla francesa supera a la española
La nueva serie de Telecinco se enfrenta al reto de las comparaciones con la ficción original en que se basa, 'Dix pour cent'
Rosa Palo
Jueves, 11 de septiembre 2025, 13:12
Solo hay una especie más rara que la de los actores: la de los representantes. Será por eso por lo que están condenadas a una ... simbiosis en la que los actores les confían a sus agentes sus carreras (que viene a ser lo mismo que dejar sus vidas en sus manos) y los agentes los protegen como si fueran niños, se comen sus marrones, satisfacen el menor de sus caprichos, escuchan sus penas, los defienden, los encumbran y celebran sus triunfos como propios. Normal, ya que se llevan un tanto por ciento del trabajo del representado. La raza cobriza, que decía Hilario López Millán.
Por eso, porque nos encanta mirar por el ojo de una cerradura las vidas de las estrellas y enterarnos de los entresijos del negocio, es más que comprensible el enorme éxito de 'Call my agent!', la deliciosa serie francesa de 2015 que ha tenido más de diez adaptaciones en todo el mundo. Ahora, le llega el turno a España de la mano de Daniel Écija, de la productora Good Mood y de Telecinco, que la estrenó anoche.
Como no podía ser de otra forma para una serie que versa sobre los actores y sus representantes, el primer capítulo se inicia en el estreno de una película. Ahí está Javier Gutiérrez, Gabi, con su representada Belén Rueda, que se interpreta a sí misma. Y ese morbo que despierta ver a actores y actrices sin un papel en el que refugiarse es uno de los puntos fuertes de la serie. En la original, la lista de intérpretes invitados era de caerse de espaldas: Isabel Adjani, Juliette Binoche, Nathalie Baye, Isabelle Huppert, Jean Dujardin, Monica Bellucci y Sigourney Weaver fueron algunos de ellos, mientras que aquí está previsto que aparezcan, Jaime Lorente, Rubén Cortada, Hiba Abouk, Petra Martínez, Belén Écija, Jose Coronado, Toni Acosta, Clara Lago, Luis Zahera y Sara Sálamo.
Javier Gutiérrez es uno de los cuatro representantes principales de la agencia Rebecca Talent, dirigida por su padre. Los otros tres son Manuela Velasco, que brilla haga lo que haga y que aquí interpreta a Andrea, la mujer de Gaby; Carlos Bardem, que con su eterna pinta de malo encarna a Matías, ejecutivo agresivo, y Fiorella Faltoyano, cuya vuelta a la pantalla es siempre un regalo. Con estos ases se juega una partida de líos amorosos y empresariales, matrimonios que se tambalean, hijas que reaparecen, odios intestinos, ambiciones profesionales y malentendidos.
Falta de atrevimiento
¿Pero da 'La agencia' la sensación de que estamos conociendo el negocio por dentro? Al menos en este primer capítulo no demasiado, aunque hablen de porcentajes, nos metan en el interior de una sesión de fotos y nombren a productoras, actores y directores para dar veracidad al asunto. A la serie le falta atrevimiento, reírse sin ambages del universo que refleja, desnudar más a los personajes. No es necesario que llegue a los extremos de cinismo de la muy arriesgada 'Entourage', pero sí bajar a las estrellas de los tacones y quitarle el aura dorada que les rodea. Más cara lavada y menos glamur.
Otro problema es convertir la tortilla francesa en española. Y en el primer capítulo se echa en falta el acento local, a pesar de que no hay nada más nacional que ver una serie de Daniel Écija. Y no solo porque las presencias de Belén Rueda y de Víctor Elías en el primer capítulo ya nos retrotraigan a 'Los Serrano', sino porque 'La agencia' tiende a la misma fórmula que tanto le ha funcionado a Écija, pero en la que el drama y la comedia nunca se han acabado de integrar de forma orgánica. Sí, hay voluntad, grandes actores tanto principales como secundarios, algún diálogo brillante y gags divertidos, como el de las tostadas, pero se queda a medio gas. Y no, no tienen que tener miedo a que la comparen con 'Paquita Salas' porque no tienen nada que ver. Paquita, plagada de autorreferencias, era cañí en el mejor sentido de la palabra. Y, sobre todo, lograba hacernos pasar de la risa al llanto con una fluidez extraordinaria.
Tampoco ayuda una banda sonora que subraya en amarillo fosforito cada secuencia, ni mucho menos que se emita a las 11 de la noche: colocar un capítulo de 70 minutos (los franceses eran de 45) a esas horas dificulta la fidelización de la audiencia, aunque ayer, por ser el estreno, apenas hubo una interrupción publicitaria de un par de anuncios. «Si esto llega a funcionar será un malabarismo», ha declarado Javier Gutiérrez curándose en salud.
Pero, quizás, el mayor problema de todos no lo tiene la serie, sino los que hemos visto la original. Porque sí, las comparaciones son odiosas, pero también inevitables, y 'Dix pour cent', verdadero título de la serie francesa, es más cómica, más arriesgada, tiene un 'tempo' perfecto y cuenta con unos actores invitados que son capaces de ridiculizarse a sí mismos hasta extremos insospechados. Así que, tras admitir que estar contaminada por la original no es la mejor forma de acercarse a una serie nueva (y que por mucho que admire a Manuela Velasco, lo de Camille Cottin es insuperable), esta que escribe se alegra de leer comentarios favorables en redes, del correcto 10,9% de cuota de pantalla y de haber visto anoche 'La Agencia' junto a una persona que llegaba virgen a la adaptación. «Pues yo seguiría viéndola», dijo. Pues estupendo.
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