Vuelta al cole no segura

La máxima autoridad en materia educativa en Andalucía se ha mofado, además, de la natural y comprensible preocupación de las familias sobre la situación en la que acudirán sus hijos e hijas al colegio en una región en la que hay actualmente más de 40 brotes activos por coronavirus y que está, por lo tanto, en las comunidades con más incidencia desde que se puso fin al estado de alarma y, por tanto, desde que el gobierno de Moreno Bonilla asumió el mando y, en su caso, el descontrol en el asunto.

El consejero respondía a las inquietudes mostradas por las y los progenitores sobre las posibles medidas adoptadas desde su departamento para salvaguardar la seguridad una vez que el alumnado y el profesorado acudieran a los centros educativos con un desdén impropio de su cargo. «Supongo que tampoco irán a comprar, a la playa, a pasear….», decía Imbroda con lo que estaba planteando que las familias se podía quejar si no iban a pasear, ni a comprar o a la playa; es decir, si no se exponían de otra manera que no fuera al llevar a sus hijos e hijas al colegio.

De esta manera admitía la falta de seguridad en la vuelta al cole, porque estaba dando por hecho que las actividades mencionadas no son seguras y comparaba la actividad que se ejerce en las aulas con ir a la playa, pasear o ir a la compra.

¿Qué haremos, señor Imbroda, cuando se dé el primer caso de positivo por coronavirus en un aula? ¿Será responsabilidad de las familias que han llevado a sus hijos e hijas a clase? Nuestros hijos e hijas van a acudir a clase el día 10 de septiembre como un día cualquiera en un año cualquiera precoronavirus. No hay nuevos espacios, no hay más vigilancia, no hay más profesorado, no hay división horaria, no hay protocolo, no hay nada. Sólo se apela a la «responsabilidad» como un ente abstracto al que se implora, se le pone una vela y, según Educación, te libra del Covid-19.

A las madres y a los padres se nos puede pedir que usemos la mascarilla y que guardemos la distancia de seguridad en la puerta del colegio mientras esperamos a que suene el timbre. Que recojamos de la misma manera a nuestras criaturas, que les aseemos al llegar a casa y que nos pongamos a afianzar lo aprendido una vez que estemos en el hogar. Pero hasta ahí.

Todo lo que ocurra, en cuanto a la gestión, desde que les dejamos hasta que les recogemos es cosa suya y es una gran responsabilidad que parece querer endosar a otras personas ajenas a la administración. Este inusual comportamiento de la Consejería de Educación podría llevar a pensar que el gobierno andaluz barajaba un nuevo confinamiento tras el verano y que, por tanto, no necesitaba un plan B para la vuelta a las aulas. Bueno, mientras tanto ya sabemos que en Andalucía el botellón ha quedado 'reprohibidísimo'. Acción. Por algo se empieza.