Aquí no hay quien viva
El Ayuntamiento de Jaén no gana para sustos. A la pandemia se suman la herencia del contrato anulado con FCC (19 millones) y del Padel Tour (336.000), más Autobuses Castillo
A perro flaco, todo son deudas. Las arcas municipales son una raspa de sardina en una casa de empeños. La deuda supera los 500 ... millones de euros, unos 85.000 millones de las antiguas pesetas, rubia arriba, rubia abajo. La edil de Economía y sin Hacienda, María Orozco MBA, lo dejó cristalino en el pleno de septiembre al justificar por qué recurrían a más préstamos (con el aval del Estado) para pagar las sentencias condenatorias a las que suelen recurrir las grandes empresas para poder cobrar: «No hay otro camino. El camino es este o cerramos. Esto es lo que hay».
Los sucesivos gobiernos municipales heredan con el bastón de mando y las medallas de concejales unas cebollas al por mayor que crecen como bolas de nieve conforme se las van pasando. El Ayuntamiento vivió durante años por encima de sus posibilidades presupuestarias. Luego llegó el fin del 'ladrillo', la crisis financiera iniciada en 2008 y la actual sanitario-económica para complicarlo aún más. Y por si fuera poco, vuelven a la vida desde más allá del Muro de Poniente contratos y pufos anteriores, 'caminantes blancos', zombis de 'The Walking Dead' que carcomen este fin de año.
Éramos pocos
El que peor pinta tiene de estos muertos vivientes son los 19 millones del ala que puede reclamar FCC al Ayuntamiento y, por tanto, a todos los jienenses, tras la anular el TSJA del contrato de la basura y la limpieza de calles de 2017, al considerar que era un contrato de servicios, y no de concesión de servicios, por lo que su duración tenía que estar limitada a cuatro años, pero no los doce por los que se firmó. Total, que la multinacional puede pedir daños y perjuicios, lucro cesante y si quiere hasta dos huevos duros, ya que puede perder un contrato jugoso por un acto administrativo mal hecho. Y digo puede porque esta semana le comunicaron al alcalde que presentarán recurso de casación ante el Supremo y a ver qué pasa. El Ayuntamiento lo más seguro que también, aunque sea por ganar tiempo. El hecho de que vinieran a Jaén gerifaltes de FCC, cuando además casi todas las reuniones son hoy por videoconferencia, demuestra la hondura del rejonazo. «Ha sido un palo», me contaba elocuente el concejal de Contratos, Francisco Lechuga, quien desconocía que hubiera un recurso, presentado también esta vez por el extinto grupo municipal de Jaén en Común (JeC), que ya advirtió en su día de la letra y la música del contrato y que sigue ganando batallas después de muerto, como Díaz de Vivar. «Se nos multiplican los problemas», se queja el edil. «Un análisis más tranquilo, riguroso y técnico en los contratos no nos habría llevado a la situación actual del Ayuntamiento», se desespera.
Pádel expectante
Luego están los 336.000 euros que reclama judicialmente la empresa organizadora del torneo de 2019 del circuito del World Padel Tour, celebrado días antes de las elecciones municipales y con menos papeles que una liebre, al menos de inicio, porque le pilló el cambio de gobierno. Pese a ello, sorprendió que el nuevo equipo (PSOE y Cs) creara una comisión de investigación, la primera del Ayuntamiento, como si fuera a matar una mosca a cañonazos. Como también sorprendió lo enfurruñado que desde primera hora se mostró el PP, organizador del torneo, y sus intentos y energías posteriores para que la comisión descarrile. Una de dos, o al final la montaña pare un simple ratón o hay algo, más allá del informe sobre el montaje de las gradas. Sea lo que sea, luz y taquígrafos, y que publiciten, digo bien, publiciten lo que haya, si es que hubo.
Los autobuses son míos
Y un melón abierto por el actual gobierno municipal es el de Autobuses Castillo, aunque la nulidad contractual viniera de muchos años atrás, según el Consejo Consultivo, y fuera de nuevo Jaén en Común quien pusiera los espartillos. Seis empresas se han interesado por el contrato de transición, de dos años. Entre ellas la propia Castillo, aunque su gerente me aclara que lo han hecho por estar en el ajo, pues sabe que no la van a contratar ni aunque fuera la única. Ahora, la madre del cordero está en qué pasa con los autobuses. El Ayuntamiento ha pedido gratis los que tienen más de diez años y Castillo le ha dicho que por aquí se va a Madrid. Y añade que según el acuerdo de 1988, al término de la relación hay que hacer una pericial sobre el valor del material móvil, y que si las partes no se ponen de acuerdo tienen que recurrir a un árbitro, una especie de mediador familiar en caso de divorcio.
Sin olvidar el pago de las cámaras de videovigilancia que compró cuando quitó obligado los tornos ganaderos y la indemnización que pedirá por la pérdida de viajeros por la pandemia y por no recortarse los servicios con el toque de queda... «Ya no puedo pelear más que en los juzgados», concluye el gerente, por si alguien pensaba en el Ayuntamiento que el cambio de marcha en los autobuses iba a ser suave.
En fin, que a perro flaco todo son duelos y quebrantos. Con la mayor deuda por habitante del país – para que luego digan que somos los últimos en todo – , sin presupuestos municipales nuevos – el año que se aprobaron los aún vigentes era presidente un tal Obama – , con el PGOU de la ciudad anulado por los jueces y con esta traca de final de año, sólo cabe esperar y desear que 2021 sea mejor que 2020. Esperamos.
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