Violencia económica y manipulación desinformadora

España destaca en la UE por su alta tasa de pobreza y su escasa capacidad de reducirla, una de cada cinco personas viven bajo el umbral de la pobreza. La situación no se resuelve con bancos de alimentos, sino con derechos económicos y empleos. Cómo puede ser que la violencia económica que está impidiendo la vida, esté dejando en estado de necesidad a las personas 'vulneradas' de nuestra sociedad, con más carencia material severa. Dónde están las políticas. La estructura social que se ha creado reduce y controla el acceso a los recursos económicos, la pobreza se incrementa, porque aún teniendo empleo los salarios no les permiten salir de la pobreza. El 3% de quienes trabajan viven en situación de pobreza severa, Asturias 6,7%, Andalucía 6,6% C Mancha 3,9%. En Andalucía, la cuarta parte de quienes trabajan se encuentran en situación de inestabilidad laboral grave. En este País, por inestabilidad y alta tasa de temporalidad, el 34% de quienes trabajan no tienen empleo estable y a tiempo completo. Un 26,4% población se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, el 18% personas viven en economía informal, a punto de cortarles la luz, gas, más los desahucios, no pueden hacerse cargo de gastos corrientes. La frase que 'nadie se quede atrás' no va a ser fácil de cumplir. Hay un alto directivo, que ha querido ocultar su sueldo, de 300.000 euros, que viene de la subvención del Estado, y se opone con rotundidad a la subida del salario mínimo, 950 euros ya es mucho?.

¿Es irremediable que en nuestra sociedad haya personas dominadoras y dominadas?. No, una ciudadanía crítica y unida, sabe iniciar acciones para evitarlo. Los saberes, la ilusión y el empuje de las personas, pueden parar todo esto y exigir al gobierno, políticas públicas reales para problemas reales y capaces de crear nuevos derechos. Es vital tener poder vital y que las políticas del Gobierno sean para construir vidas únicas, erradicando la desigualdad, permitiendo poder pensar en otras posibilidades de vida, lejos del odio, la violencia. Si no se satisfacen las necesidades básicas de todas las personas, estamos creando una sociedad basada en la violencia económica estructural. Hay resistencia, sí, también ocupar espacios públicos, marcar la agenda política, con mensaje de horizontalidad y redistribución del poder.