Verano fresco y con sabor

Escribo casi a ochocientos metros de altitud sobre el nivel del mar. Frente a mí hay montañas, pinos, almendros, ... al fondo nuestros invernaderos solares, Roquetas de Mar y el mar Mediterráneo. Aquí la temporada estival pasa más tranquila y mucho más fresca. Sí, estoy en Enix. Es verdad que hay que coger el coche para ir a la playa, pero el municipio tiene la suya propia y hasta un hotel para familias, en primera línea. Desde el núcleo principal, en 15 minutos puedes estar dándote un buen chapuzón salado. Eso sí, las curvas a izquierda y derecha no te las va a quitar nadie. También forma parte del encanto. No hace falta subir o bajar como si estuvieras en el rallye cronometrado que cada año se celebra por estas carreteras.

Aquí el que se aburre es porque quiere, porque además de pasear y practicar senderismo se pueden hacer muchas cosas. Si el calor aprieta lo ideal es ponerse bañador y chanclas, coger la toalla y tirar para la estupenda piscina municipal con vistas.

Si nos va el deporte extremo estamos en el lugar ideal para practicar mountain bike o hacer escalada. En Enix también hay un parque de aventura que promete emociones de altura para todas las edades. El polideportivo está a punto de finalizar su reforma y, además, acaban de abrir otra pista de fútbol y baloncesto donde poder disfrutar de la actividad física.

Si prefiere un plan más tranquilo, un paseo por el pueblo le permitirá disfrutar de calles estrechas y empinadas con casas blancas por todas partes. ¿Sabe que hay un tipo de pintura que se llama Blanco Enix? La iglesia mudéjar es del siglo XVII. Puede comprar en sus dos tiendas. Acérquese a la fuente, famosa por la calidad de su agua. Desde allí tiene a un paso los antiguos lavaderos, sin uso desde que se impuso la lavadora automática.

Esta fue tierra agrícola y minera. En El Marchal todavía se conservan los restos de las Minas del Carmen. Por todas partes se observan los bancales en terrazas, sorteando la dura orografía. En otro tiempo dieron vida, trabajo y esplendor al municipio. Hoy Enix sabe mejor que nunca y se conoce dentro y fuera de nuestra provincia por su gastronomía. De aquí son típicas las migas de sémola de trigo, pero también el ajoblanco y los caracoles en salsa. Podríamos ampliar esa lista con fritadilla, asadura, la carne en ajillo o el arroz con conejo.

Con hasta doce establecimientos de restauración, este es el pueblo con más bares por habitante de toda España y también debe estar en los primeros puestos de todo el mundo... ¡Cómo se lo cuento! En Enix el verano pasa sin las aglomeraciones de los núcleos de la costa, pero nunca estás solo. El pasado año se cerró con 603 habitantes, pero la población se multiplica a través de quienes regresan estos días a sus orígenes o simplemente vienen a comer bien y a disfrutar de otra manera de hacer turismo. Lo confieso, anoche dormí con la ventana cerrada y me tapé con una colcha. Esto es un lujo que no tiene precio.