Verano distinto
Puerta Purchena ·
«De querer conocer la Europa histórica o monumental a las aguas del Caribe, la enigmática India o la dicharachera Brasil pasamos a contemplar las posibilidades de la Alpujarra, los Filabres, el Andarax, los Vélez, el Almanzora...»José María Granados
Almería
Jueves, 2 de julio 2020, 01:15
Pepe 'El Tomillero' todavía no sabe hacia dónde tirar. No es el único con dudas. Lo comprueba cuando se pone a escuchar las conversaciones en ... los lugares de encuentro ciudadano y en lo que le llega directamente de la familia. El verano de este año es diferente, como también van a ser las vacaciones. Un primer apunte marca en dirección a la provincia, algo cercano que nos mantenga también cerca de los nuestros y de todo aquello que más o menos dominamos, desde el centro de salud al hospital de referencia, de nuestra cama a la de la segunda residencia y, si no se cuenta con ella, a la del familiar que nos ha invitado. Apuntar a la provincia de al lado tampoco es mala idea. Total, podemos estar como mucho a hora y media de nuestro hogar, menos de lo que se tarda en llegar en transporte público desde nuestro barrio al nuevo centro comercial y no es meterme con el transporte público, tan necesario e importante, sino con quienes gestionan la movilidad sin necesitar de él.
Los planes turísticos al extranjero mejor los dejamos para cuando todo esto pase. De querer conocer la Europa histórica o monumental a las aguas del Caribe, la enigmática India o la dicharachera Brasil pasamos a contemplar las posibilidades de la Alpujarra, los Filabres, el Andarax, los Vélez, el Almanzora, las Sierras de Baza o de Cazorla, Segura, Las Villas… Lo cercano que tiene valor recobra el interés de los vecinos, de los que siempre hemos dicho que ya tendríamos tiempo para conocernos y que ahora empezamos a valorar. Es hora de recuperar las cercanías, que no se trata solo de guardar los dos metros de seguridad, sino de atravesar esa línea fronteriza que, hasta ahora, llevábamos en la reserva, como un proyecto a realizar pero que siempre abandonábamos porque era mucho más guay el preparar el móvil para hacernos fotos en la Torre de Londres, la plaza de San Marcos, el Sena, la Gran Muralla o la estatua de la Libertad.
Recuperemos lo que tenemos al lado, disfrutemos de nuestras playas y montes, saboreemos la gastronomía de nuestra tierra y de la de al lado, seamos capaces de hablar de tú a tú y de reconocer que vivimos en un lugar con más encantos que el mago Merlín y que, después de tantos días de confinamiento, poder respirar el aire libre que nos rodea puede ser la principal satisfacción de un verano en el que ya nos encontramos y que hemos de llenar de contenidos poniendo en valor todo aquello que pensamos en algún momento que íbamos a perder, o que, simplemente, nos llevaba al lamento por no haber podido cumplir antes con ese compromiso interior de salir a su encuentro cuando nadie había oído hablar de la Covid-19, ni usábamos mascarillas, ni nos lavábamos las manos tantas veces al día, ni recelábamos de quienes, a cualquier distancia, tosían o estornudaban.
Estamos en un verano diferente porque el patio no está precisamente para derrochar nada y mucho menos el tiempo que todavía tenemos por delante y en el que seguro tenemos muchas cosas para hacer. Aprovechemos el estío para conocernos mejor.
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