Esta pandemia parece que no vaya a terminar nunca. A pesar de la buena marcha de las vacunaciones y del elevado número de personas inmunizadas ... contra el coronavirus, aquí seguimos con el «ay» en el cuerpo. En Almería estamos mejor que en el resto de Andalucía, la realidad es que, salvo en contadas ocasiones, casi siempre lo hemos estado. En algunas comunidades autónomas han vuelto los recortes sociales: limitaciones horarias, toques de queda, … Habrá que ver cómo termina julio también aquí en Andalucía.
El caso es que regresamos a cifras de contagios como las del pasado invierno y que hay personas con la pauta de vacunación completa que han tenido que ser ingresadas, incluso en la UCI. La mayor incidencia se da ahora entre personas menores de cuarenta años. Con este panorama se sigue distanciando la ansiada llegada de la recuperación para el sector turístico ¿Será la temporada alta de 2021 mejor o peor que la de 2020? El turismo internacional sigue llegando con cuentagotas, así que la apuesta es por el nacional.
En nuestra provincia lo tenemos todo para disfrutar de unas vacaciones inolvidables, ¿no cree? Sol, playas, gastronomía, patrimonio, deportes, espectáculos, pueblos de interior, … Nos fallan las comunicaciones. El tren digamos que no existe y los precios de los vuelos están por las nubes. Pero cuando se trata de coger el coche y viajar, entonces sí somos competitivos, ya que en materia de carreteras las necesidades están más o menos cubiertas, aunque no del todo. A esto hay que sacarle partido y sentar las bases para el futuro, cuando la pandemia sea historia, porque algún día lo será.
Ya nos acercamos al ecuador de la temporada estival y hasta ahora todo ha funcionado. Han vuelto los conciertos al aire libre, se vuelven a llenar las terrazas y los chiringuitos, la gente pasea sin mascarilla,… Si la situación no va a peor habrá incluso hasta Feria de Almería, con sus casetas y sus cacharricos, aunque sin muchas otras cosas. No habrá pregón, batalla de flores o ambigús para el mediodía. En cambio, en muchos pueblos se cancelan las fiestas y verbenas populares.
Ante la mayor libertad de movimientos es necesario demostrar más responsabilidad social. Se puede hacer muchas cosas con cabeza y moderación. La masificación no es la mejor aliada en estos momentos. El sentido común debe seguir imperando, porque de lo contrario, hasta con vacunas, se producirán nuevas olas que atacarán a nuestra salud y a nuestra economía. Tenemos a nuestra disposición unas cuantas 'armas' que nos han funcionado bien, pues sigamos usándolas. Es cuestión de sentido común.
Durante meses nos dijeron que saldríamos de ésta cuando hubiera vacunas y ahora es difícil explicar que, aunque ya tengamos puestas las dos dosis, no son milagrosas y siguen siendo necesarios algunos esfuerzos. A esto se unen las ganas de poner punto y final, de acabar ya con el maldito bicho que nos ha limitado y mermado durante tanto tiempo. Ya va siendo hora de aprender a convivir con este virus también individualmente.
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