Las venus de Salar
Puerta Real ·
Un museo que no exhibe sus fondos desde hace años, más que una exigua parte, sigue siendo una vergüenza que Granada no debería consentirmaría dolores f.-fígares
Miércoles, 4 de diciembre 2019, 01:25
No puedo menos que sentir enorme simpatía por las reivindicaciones de los vecinos de Salar, solicitando que se queden en el pueblo las estatuas de ... mármol blanco que representan a Venus-Afrodita y que aparecieron en las excavaciones arqueológicas que se vienen practicando en la espléndida villa romana. Ya he contado en esta columna la experiencia de visitar el yacimiento y comprobar no solo la belleza de sus mosaicos ya descubiertos sino sobre todo el amor de los lugareños, con sus autoridades al frente, por este importantísimo hallazgo.
Las excavaciones, la 'sala de interpretación', en el mismo edificio del Ayuntamiento, las visitas organizadas de incontables turistas, en todo tiempo, todo lo que rodea al despertar del mundo romano, ha sido sufragado por Salar y la Diputación de Granada, con la apreciable ayuda de voluntarios que han aportado su granito de arena en la ingente tarea de mover la tierra que cubre al extenso y rico edificio. Son conscientes de que la puesta en valor de estos nobles restos de un pasado lejano ha colocado a Salar en el mapa, como se suele decir, el mapa de la historia de Granada. Es admirable toda la autoestima que es capaz de despertar en un pueblo conocer, ver, tocar, episodios de su pasado.
Y ahora quieren que las dos joyas de los vestigios de la magnificencia de su villa no pasen a engrosar los almacenes del castigado museo arqueológico, en virtud de normativas elaboradas hace años, cuando la visión que se tenía del patrimonio histórico artístico en el mundo rural era muy diferente. Un museo que no exhibe sus fondos desde hace años, más que una exigua parte, lo cual, por más que haya pasado tanto tiempo, sigue siendo una vergüenza que Granada no debería consentir. Somos conscientes todos de que un buen centro de interpretación de alguna cultura o yacimiento, con su museo adjunto dinamiza de manera extraordinaria la vida de muchas poblaciones. Que se lo pregunten a Gorafe, en Granada o Almedinilla, en la provincia de Córdoba, cuyos ciudadanos consiguieron por cierto que la bella figura de Hipnos, dios romano del sueño, encontrada en otra villa romana, permaneciese en el pueblo.
Uno de los fenómenos más interesantes que se han producido en Andalucía ha sido, por una parte, la recuperación de importantísimos vestigios de nuestra historia en diferentes épocas y, junto a ello, la vitalidad cultural que han despertado entre sus vecinos. Antes, aparecían en alguna excavación, se trasladaban casi en secreto al museo arqueológico y allí se quedaban por siempre, como ocurrió con la dama de Baza que nuestro inolvidable 'dire' Melchor Saiz Pardo tanto peleó desde IDEAL en los años setenta para que no se la llevasen al Museo Arqueológico Nacional y allí sigue.
Salar se merece que sus Venus y otras preciosas piezas que han ido saliendo en las excavaciones, aun a pesar de la escasez de financiación, se muestren con dignidad en su pueblo para alegría de quienes amamos la historia. Se lo han ganado a pulso.
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