El valor de los cooperantes

En los ochenta, nuestro país, que había sido largos años receptora de cooperación internacional, pasó a ser donante, y creó una Secretaría de Estado y ... la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo. Hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores añadió a su título la coletilla «y de Cooperación». Ayer se celebró el Día del Cooperante y también ayer fueron asesinados en Etiopía dos trabajadores locales humanitarios de la ONG Acción contra el Hambre. La cooperación internacional con la que los países desarrollados aportan ayudas para el desarrollo económico y social de los países receptores es la expresión de la solidaridad internacional y un esfuerzo global redistributivo que, para cumplir lo objetivos marcados por la ONU, debería alcanzar el 0,7% del PIB de los donantes; hoy, sólo seis países alcanzan esta cifra, y España está en el entorno del 0,3%. Nuestro país mantiene unos 2.800 cooperantes, personas que «se enfrentan con nobleza a un mundo despiadado», en palabras de la directora de la Agencia, Aina Calvo. De algún modo, la cooperación es la cara humana de nuestra diplomacia; la que, intereses al margen, muestra los valores que nos vinculan internacionalmente.