Trump: ni nos va ni nos viene
Aseguran las encuestas que los españoles preferimos a Joe Biden sobre Donald Trump en las elecciones norteamericanas que se dilucidan hoy, pero los expertos no están seguros de que si gana el demócrata mejorarán las relaciones entre Estados Unidos y España
Aseguran las encuestas que los españoles preferimos a Joe Biden sobre Donald Trump en las elecciones norteamericanas que se dilucidan hoy, pero los expertos no ... están seguros de que si gana el demócrata mejorarán las relaciones entre Estados Unidos y España, que por otra parte no están ni mal ni bien en estos momentos, más allá del asunto de los aranceles para la entrada en USA de productos agrícolas europeos que están perjudicando las ventas de nuestros aceite de oliva y vino en ese país.
La simpatía de los españoles se basa sobre todo en una cuestión ideológica porque aquí se encuadra a Trump en la extrema derecha, como si fuera la versión norteamericana de Vox, lo que hace que nuestra izquierda mediática se ponga de los nervios de pensar que puede ganar el republicano y que estemos dando una importancia a las elecciones de hoy como si algo nuestro estuviera en juego. Hay precedentes: la victoria de Reagan sobre Cárter se vivió en España en su día como el triunfo de un actor de malas películas del Oeste sobre un progre pacifista, obviando el hecho de que el demócrata dejó la economía norteamericana para el desguace y el republicano está hoy considerado en su país como uno de los mejores presidentes de su historia.
Por lo que respecta a España, los intereses de los Estados Unidos no varían sustancialmente dependiendo de qué partidos gobiernan aquí o allí. Es cierto que el PP tiene cierta afinidad con los republicanos y el PSOE más simpatía por los demócratas, pero las relaciones de Clinton con Aznar o de Obama con Rajoy fueron cordiales, con visitas recíprocas de unos y otros a sus respectivas capitales. La mayor excepción fue la estrecha relación que Aznar forjó con Bush, al que apoyó en la guerra de Irak, con un fuerte coste electoral para los populares y el poco apego que la administración Trump demuestra por el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
El republicano que hoy busca la reelección es el primer presidente que se recuerda que no ha visitado España mientras ocupa ese cargo. Recibió a Rajoy en La Casa Blanca en 2017 y a los Reyes en 2018, les dijo que vendría pero por Madrid no ha aparecido desde que Sánchez está en Moncloa. En cambio tiene invitados a los Reyes a una visita de Estado en Washington, lo más en el protocolo oficial de su país, que debería haberse celebrado el pasado mes de abril pero que desde entonces está aplazada por la pandemia. Con Sánchez solo le hemos visto darse la mano cuando se encuentran en alguna cumbre, como aquella del G-20 en la que Trump le mandó que se sentara. Y en lo personal, cabe destacar que los dos candidatos han estado antes de serlo en nuestro país: el republicano dos veces en Barcelona, el demócrata en visita oficial cuando era vicepresidente de Obama.
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