Trenes, herrumbre y olvido
El pasado verano, mientras escribía sobre viajes y localizaciones de cine, me topé un par de veces con el tren. Por una parte, la locomotora ... que se usó para el rodaje de 'Lawrence de Arabia' y que ahora luce toda bonita y 'espercojá' en las calles de Málaga. La otra era la mítica Baldwin de 'Indiana Jones y la última cruzada', una auténtica joya de la que se ha escrito hasta la saciedad.
¿Saben dónde está? Arrumbada en un cocherón por cerca de la estación de Renfe en Guadix, con sus vagones perdidos y sin que nadie tenga constancia de dónde andan. Me encantó tanto como me dolió la información de ayer de Sandra Martínez. No sé si la leyeron, pero se te cae el alma a los pies. Sobre todo porque es una perfecta metáfora de la decadencia del ferrocarril en Granada.
Permítanme una grosería: Renfe nos mea encima y dice que llueve. Tras años y años sin conexión ferroviaria y después de traernos un giliAVE cojitranco, ahora nos chantajea diciendo que solo mejorará la frecuencia de los viajes a Madrid si hay demanda. ¿Demanda? Lo que no hay es vergüenza.
Como vergüenza hemos pasado esta semana con los autores y artistas invitados a Granada Noir, tratando de explicarles por qué les maltratamos con horarios imposibles, por qué es tan difícil venir a nuestra ciudad, por qué somos el culo del mundo.
Pero esta es una cuestión que ya excede a los ¿mandamases? de Renfe: compete e interpela directamente al gobierno de Pedro Sánchez. Ya vale de buenas palabras y de promesas incumplidas. Recordemos que las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina y que la falta de comunicaciones con Granada afecta a negocios y a empresas. A las del sector turístico, por supuesto, pero también a muchas otras.
Venir a Granada sigue siendo una quimera y no he oído a Juan Espadas decir esta boca es mía sobre el particular. Entiendo que debe estar muy ocupado y preocupado con las cosas de su partido y de Sevilla, pero si aspira a presidir la Junta, es hora de que se interese por las necesidades de los andaluces. Incluso los de Andalucía Oriental. Lo de venir a hacerse fotos está muy bien, pero ya está bien. Los trenes en Granada son la Baldwin, ajada y herrumbrosa, con pérdidas y fugas, olvidada en un cocherón sin que nadie sepa dónde acabaron sus vagones.
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