Toma y daca
La simbólica entrega de las llaves de la ciudadela y esas 'lágrimas' legendarias más qué de desconsuelo pudieron ser de emocionado consuelo, como al que le quitan un peso de encima, por la insoportable situación que atenazaba al último califa moro
José María Guadalupe
Miércoles, 1 de enero 2020, 22:06
Conmemorar, recordar e incluso festejar la Toma de la ciudad, por los reyes cristianos, es un toma y daca en toda regla, entre Isabel y ... Fernando, conquistando el último reducto de dominio árabe en la Península Ibérica y el desvalido Boabdil, cansado de guerras y luchas de poder entre los suyos. No hay nada más embarazoso que convivir con una familia, incómodamente molestosa, propicia a las riñas y peleas.
La simbólica entrega de las llaves de la ciudadela y esas 'lágrimas' legendarias –censuradas por la maternidad de la llamada Fátima la Horra, (Aixa) del 'Rey Chico'– más qué de desconsuelo pudieron ser de emocionado consuelo, como al que le quitan un peso de encima, por la insoportable situación que atenazaba al último califa moro.
Comenta el historiador Pedro Insua,('1492. España contra sus fantasmas') que la Granada de Boabdil, entre otras consideraciones de interés no era, en el año 1492, una Arcadia feliz, entre otras circunstancias por las frecuentes matanzas entre las familias rivales. Recomienda el investigador, a los dudosos o interesados, que conozcan de fuentes fidedignas la historia de los Abencerrajes.
Los hijos de Muhammad XII, Boabdil, no pueden olvidar la efeméride. Lógico. Y como los tenemos bien cerca no siempre se cumple el dicho de: «¿Quién es tu hermano…?». El vecino más cercano trata estratégicamente de zarandear el olivar hispano sobre todo en los momentos de fragilidad política y ahora anuncia, amenazante, que va ha solicitar a la ONU extender sus derechos hasta las 350 millas náuticas (648 kilometros) lo que supondría –transcribo– «preocupantes consecuencias para las zonas fronterizas, especialmente Canarias». Hay qué reconocer –no es la primera vez que lo escribo– que el alahüita hermano coronado es, o viene siendo, necesario colaborador en asuntos tan fundamentales como la criminalidad del terrorismo islámico. Entre otras cuestiones porque los terroristas son imprevisibles dentro y fuera de casa.
De todas formas Mohamed VI, que es un personaje enigmático digno de estudio, avisa a navegantes en un momento inoportuno. Estamos a la espera, internamente, de que se consume un acuerdo gubernamental de tortilla al Sacromonte, donde prevalecen los sesos, y otras casquerías. En este máster chef, 'totum revolutum', habrá mucho que dar y tomar. Lo de las aguas territoriales, que ahora reivindica Marruecos, será un problema externo que habrá que contemplar con serenidad y resolver en justicia, incluso con un toma y daca, como siempre.
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