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Toma y daca

La simbólica entrega de las llaves de la ciudadela y esas 'lágrimas' legendarias más qué de desconsuelo pudieron ser de emocionado consuelo, como al que le quitan un peso de encima, por la insoportable situación que atenazaba al último califa moro

José María Guadalupe

Miércoles, 1 de enero 2020, 22:06

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Conmemorar, recordar e incluso festejar la Toma de la ciudad, por los reyes cristianos, es un toma y daca en toda regla, entre Isabel y ... Fernando, conquistando el último reducto de dominio árabe en la Península Ibérica y el desvalido Boabdil, cansado de guerras y luchas de poder entre los suyos. No hay nada más embarazoso que convivir con una familia, incómodamente molestosa, propicia a las riñas y peleas.

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