El rector de la Universidad de Jaén (UJA), Juan Gómez, ha dimitido como presidente de la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía en protesta por ... el modelo de financiación proyectado por la Administración autonómica. Sabia decisión por parte del rector de nuestra Universidad, que claramente se ha visto ninguneado por la Junta de Andalucía y le ha plantado cara, diciéndoles que hasta aquí hemos llegado, puesto que con el modelo de financiación que pretenden la Universidad de Jaén perdería, o dejaría de percibir, aproximadamente unos ochos millones de euros, que sumirían a ésta en el subdesarrollo y falta de progreso en un futuro.
Siempre he escuchado decir al que fuera rector, Manuel Parras, que la Universidad es la que marca los tiempos, y mucho más en una provincia como la nuestra en la que la formación es imprescindible para el progreso, sobre todo para un progreso de calidad que le permita dejar atrás los datos tan negativos que la misma presenta en prácticamente todos los indicadores, situándonos a la cola de casi todo lo malo que uno se puede imaginar, en lo que a la economía y el emprendimiento se refiere.
La UJA desde su creación ha sido una Universidad que ha ido de menos a más, que ha demostrado que aunque sea una universidad, de las llamadas pequeñas, puede situarse en puestos importantes en muchos rankings a nivel mundial, y eso es lo que realmente hace grande a una universidad. Sobre todo una universidad de relativamente nueva creación, que ha sabido abrirse camino e impulsar su sello de identidad entre el colectivo estudiantil en primer lugar y la totalidad de la sociedad posteriormente, presentando un acertado currículum educativo que va dejando huella entre los alumnos, docentes y por supuesto entre las empresas y administraciones en las que terminan recalando sus egresados.
Estos golpes tan duros que nos propina la administración autonómica en forma de recortes presupuestarios, son el fiel reflejo de una política que no cree para nada en lo público, de una política que lo que pretende es destruir lo que con tanto esfuerzo se ha construido durante décadas, para dar paso al mercantilismo con cualquier derecho fundamental que podamos tener los ciudadanos y ciudadanas de esta provincia, donde con este recorte tan drástico se nos coarta la formación elemental y básica para que la provincia de Jaén pudiera tener un progreso sólido y de calidad que nos haga salir de esos deshonrosos puestos en los que nos encontramos en cualquier indicador económico.
Inteligente decisión la tomada por el rector Juan Gómez, para demostrar que aquí no estamos para que nos tomen el pelo con el timo del toco mocho, puesto que la Universidad de Jaén necesita una financiación suficiente para seguir, como hasta ahora, marcando los tiempos y siendo la incubadora de proyectos que permitan el relanzamiento total y absoluto de la provincia de Jaén, como exportadora de ideas y talento hacia el exterior, en cada uno de los alumnos o alumnas que por nuestra universidad han pasado para cursar sus estudios en alguna de las materias que la UJA imparte en sus aulas, o las que en un futuro impartirá. Por supuesto si el presupuesto se lo permite.
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