El gol del 'streaker'

En las corridas, un espontáneo siempre se espera a saltar a la plaza en el quinto o el sexto toro. Consciente de que su destino es el cuartelillo, al menos amortiza la entrada y se chupa casi todo el festejo antes de escurrirse hasta el albero. Por eso afirmo que nuestro 'streaker' vernáculo debió elegir mejor el instante de irrumpir en el césped. Debió espiar el partido, analizarlo, sopesar pros y contras y, por fin, seleccionar la coyuntura perfecta para pasar a la historia con todas las letras. Pero se precipitó.

He vuelto a ver el partido y cuento al menos tres faltas laterales de Montoro que se quedaron sin rematador y otros tantos saques de esquina despejados con solvencia por la defensa inglesa. Si ya es habitual ver a los porteros presentarse en el área contraria con los ojos inyectados en sangre como un yonqui en pleno mono, no dejo de fantasear con lo que hubiese ocurrido si el tal Olmo hubiera asaltado el área en uno de esos centros. Desprovisto de marcador, no tengo ninguna duda de que habría batido a De Gea, dando esperanzas al personal para el partido de vuelta.

Ayer se hablaba más del 'hombre desnudo de Granada' que de AstraZeneca. Si llega a marcar, habría competido con Felipe de Edimburgo en las portadas de los tabloides, pero la prisa lo mató. El 'hombre desnudo de Granada' ha tenido en su mano la posibilidad de encumbrarse y la ha malgastado. Antes de vender en wallapop todo su vestuario, vendía productos de herbolario con éxito desigual. Ahora, acusado de allanar la morada rojiblanca, solo le esperan más sanciones económicas y el riesgo cierto de caer en las manos de un juez que lo castigue a ir vestido de la cabeza a los pies. Por pelma. Don Emilio, hay hombres que parecen niños, proceda.