Sospechas sobre China

El régimen chino, pragmático y flexible, es sin embargo una férrea y bien controlada dictadura, que tutela a sus ciudadanos y filtra cuidadosamente la información ... que fluye al exterior. De hecho, una vez que Pekín ha anunciado que ha vencido al coronavirus con una celeridad sorprendente, empiezan a cundir las sospechas sobre la verdad de las políticas aplicadas y sobre la realidad de lo ocurrido, toda vez que la alta eficiencia demostrada, a la luz de las cifras, no coincide con lo que pasa en Occidente, con sistemas sanitarios bastante más avanzados. En primer lugar, al hacer balance retrospectivo, se ha recordado que China restó al principio importancia a la pandemia —el 19 de enero, el máximo responsable de combatir la epidemia en Wuhan declaraba que la enfermedad era «prevenible y controlable», cuatro días antes del gran confinamiento—, lo que hizo bajar la guardia a la comunidad internacional. En segundo lugar, el número de muertos podría ser mucho mayor que lo declarado —2.535— según fuentes fiables. Y todo punta a que China ha hecho lo que cabe esperar de un régimen autoritario, donde el poder no tolera que la verdad deteriore su imagen o lo aleje de sus objetivos.