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El silencio de Granada: esencia de su armonía universal

Parte de Granada es una isla que la hace inevitablemente atractiva y centro del mundo, eclipsando a los divos que los convierte en nada entre las columnas del Palacio del Emperador

José García Román

Sábado, 29 de junio 2019, 01:10

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Juan Ramón esculpió en el aire de Granada un cuarteto poético dedicado a Falla, cuya memoria perdura: «Silencio, tiempo, armonía y eternidad». Es la Granada ... cerrada para la soberbia y la arrogancia, y abierta para la humildad y el decoro; es la Granada que ofrece oportunidades a los 'Faustos' ávidos de salvación, y no a los de Marlowe que, obsesionados por la inmortalidad, anhelan conquistar el beso de Helena, y al sentirse fatal e irremediablemente vacíos exclaman: «Tus labios me chupan el alma». Lo explica magistralmente Unamuno. Afortunadamente Granada no usurpa; al contrario: da. Mejor dicho: sobredá «armonía y eternidad», según el autor de 'Platero y yo'. Insufla vida a la arcilla, al mismo tiempo que marchita laureles frívolos y cierra el paso con murallas a la traición.

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