Siempre adelante
Si los ideólogos de las revueltas que lideran estos movimientos liberticidas, tuvieran un mínimo de decencia intelectual, se les caería la cara de vergüenza, al enfrentar a las masas contra un paladín de la libertad.
JAVIER PEREDA PEREDA
Jueves, 25 de junio 2020, 23:53
S
La grandiosa gesta de los españoles en el Descubrimiento de América, se pretende demonizar con actos vandálicos a estatuas. La presencia hispana durante varios siglos ... en el Nuevo Mundo, bien podría considerarse como la primera globalización. Con la excusa un asesinato racista, se ha promovido una campaña de marcado sesgo marxista, para revisar la historia y desbaratar los inmensos logros alcanzados. No sólo es mera ignorancia —aunque también–, sino el empeño por cambiar los valores occidentales que se legaron a un continente. Los descubridores y evangelizadores que desembarcaron en el hemisferio occidental, no fueron para esclavizar a los iletrados indígenas, sino, por el contrario, para civilizarles en el amplio sentido del término; les aportaron lo mejor que poseían: la tradición cultural del pensamiento griego, las normas jurídicas del derecho romano y la fe cristiana. Por eso, la actuación salvaje contra la estatua de Miguel de Cervantes Saavedra —autor del libro más leído en el mundo, después de la Biblia— representa un ataque de desprecio contra la verdad; si en algo se caracteriza su obra —él que fue esclavo— es por su amor a la libertad: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres».
Si los ideólogos de las revueltas que lideran estos movimientos liberticidas, tuvieran un mínimo de decencia intelectual, se les caería la cara de vergüenza, al enfrentar a las masas contra un paladín de la libertad. Pero lo que pretenden es manipular el sentido de la historia para acomodarla a sus postulados revolucionarios. Semejante suerte han corrido otras imágenes como la del gobernador de México, Juan Bautista de Anza (1736-1788); Carlos III, el rey borbón que intervino en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (4 de julio de 1776); Cristóbal Colón, que al servicio de la Corona de Castilla realizó la hazaña del hallazgo de las Indias, el 12 de octubre de 1492; Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos (que tantos recelos suscitan por su religión); Juan de Oñate Salazar (1550-1626), que se casó con una nieta de Hernán Cortés y gobernó Nuevo México; Juan Ponce de León (1460-1521), conquistador de Florida y gobernante de Puerto Rico, que pese a su escasa comprensión con los indígenas estaba sujeto al Derecho de Indias (recopilación de las Leyes de Burgos y las Leyes Nuevas, sancionadas por la Corona).
Especial relevancia merece Miguel José Serra Ferrer (1713-1784), este mallorquín de Petra, más conocido como Fray Junípero Serra, que en 2015 fue canonizado por el Papa Francisco en Washington. Allí, en la sede de las cámaras legislativas de los EE.UU., en el Capitolio, es el único español con una estatua en el Salón Nacional, a propuesta del estado californiano del Pacífico, junto con los personajes más ilustres de la nación. Este franciscano, doctor en filosofía (seguidor de Duns Escoto) y teología, ejerció la cátedra en la Universidad Luliana. Se embarcó, con la autorización civil de Carlos III, después de la Pragmática Sanción y la expulsión de los jesuitas, en una increíble aventura evangelizadora y civilizadora; fundó nueve misiones españolas en la Alta California (actualmente son ciudades como San Diego, San Francisco, Los Ángeles, Santa Bárbara…) y presidió otras quince. No escatimó sacrificios en la integración humana, social y religiosa de todos aquellos indios comanches, apaches y navajos. Les defendió de los abusos de algunos militares, como señala el historiador Dan Krieger, lo que originó la 'Leyenda negra'. Gustavo Bueno indica que el Imperio español, a diferencia del inglés, procuró el mestizaje biológico y cultural.
El historiador Herbert Eugene Bolton subraya su aportación a la enseñanza de la lengua española y los rudimentos de agricultura —es el padre del vino californiano—. Juan Pablo II lo beatificó en 1988: «Los misioneros estimaban al ofrecer a Jesucristo a la gente, que estaban haciendo algo de un valor y dignidad inmensa». De nosotros depende impedir que los sembradores del odio intenten tergiversar la historia y la cultura. Porque como repetía Fray Junípero al finalizar sus cartas: «Siempre adelante».
i los ideólogos de las revueltas que lideran estos movimientos liberticidas, tuvieran un mínimo de decencia intelectual, se les caería la cara de vergüenza, al enfrentar a las masas contra un paladín de la libertad.
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