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La seducción

La Carrera ·

La seducción se ha vuelto un hiperbólico torrente, una gigantesca máquina de coacción

alfredo ybarra

Martes, 13 de abril 2021, 23:39

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A todo el mundo le gusta seducir y que le seduzcan. Todos necesitamos sentirnos estimulados ya sea de un modo sexual, emocional o racional. Pero ... hoy echo en falta una seducción sutil, ingeniosa, aguda, perspicaz, diferente. Estamos perdiendo el sentido mesurado de la persuasión en favor de un sortilegio de rapiña y desconsiderado. El capitalismo de consumo hasta ahora ha sido el motor del crecimiento en las sociedades hipermodernas (supongo que lo seguirá siendo, mucho no vamos a cambiar en este sentido después del mazazo de la pandemia), la gran palanca de la economía. La seducción se ha vuelto un hiperbólico torrente, una gigantesca máquina de coacción cuando desde la mitad del pasado siglo el consumo de masas transformó los modos de vida. Cada uno se ha puesto en valor en el inmenso escenario de la fascinación de las redes sociales. El mundo ha venido siendo hasta ahora una enorme burbuja del hedonismo, o mejor dicho, de un hedonismo deconstruido. La seducción es hoy una insaciable máquina que vende espurias emociones, sin llegar al verdadero discernimiento. Sin embargo, muchos seguramente recordamos a profesores, maestros, que nos animaron no sólo con sus conocimientos, sino con su ejemplo y generosa y fascinadora pasión erudita. A veces esa relación se hacía estelar y conformaba un espacio amistoso intelectual y de referencia humana que llevamos ya permanentemente, como ariete, de por vida.

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