Romanones y los protocolos
Las 4.000 viviendas de los Puentes de Jaén tienen 18 años después una nueva firma, otra más, y el conservatorio de danza baila pero no avanza, como el Congreso de Viena
El conde de Romanones, nuestro Winston Churchill en plan chusco y terrateniente, dejó muchas frases para la historia política patria. «Si quieres retrasar o distraer ... la solución de un asunto, crea una comisión». En Jaén lo hemos cambiado por un protocolo. En 2006, por ejemplo, firmaron uno todas las administraciones para resolver el sudoku de las viviendas construidas durante décadas, con la imprescindible vista gorda de las autoridades, en suelo no urbano de los Puentes. A veces, incluso, hasta debajo de ellos, en el cauce. Durante años el asunto se centró en cuántas había que demoler, verbo que «debía estar proscrito», decía un dirigente vecinal de la época, a pesar de que algunas fueron construidas en dominio público hidráulico, pú-bli-co, con menos papeles que una liebre y el consiguiente peligro para sus inquilinos y vecinos. Como en la inundación de 1996 y sucesivas, y con alguna víctima mortal.
Y hubo algunos avances, como el deslinde que hizo la Confederación Hidrográfica y la identificación de las edificaciones que había que tirar, cuyo número se redujo intentando ampliar el periodo de probabilidad de las avenidas y buscando que algunas adoptaran medidas correctoras para reducir el riesgo. Pero a ver qué técnico estampaba su firma y qué político le ponía el cascabel el gato.
Así que fue pasando el tiempo y no pasó nada, en un sentido y en otro. La limpieza de los cauces, unido a que las tormentas de verano se portaron bien, hicieron el resto.
El problema añadido es que al centrarse el asunto en las casas a demoler no se dio solución a los varios miles que no están en los cauces pero siguen sin regularizar y sin la mayoría de los servicios municipales, aunque pagando el IBI y demás, que la hacienda no es tonta.
La mayor parte de los propietarios de esas casas, que con el tiempo son ya primeras residencias y no segundas, está dispuesta a hacer frente a los gastos de esa regularización, por calidad de vida, por dignidad y porque así su propiedad tendrá más valor, todo hay que decirlo. Y el tema es que la nueva ley del suelo andaluza (LISTA), más flexible y condescendiente con las edificaciones fuera de ordenación, entró en vigor en 2022, el 22 de diciembre, el día de la lotería. Guste o no, es la que hay, y alguna vez habrá que dar solución a esta ingente cantidad de casas, pues además tendría beneficios para el resto, pues por ejemplo se acabarían con los pozos ciegos y los vertidos de aguas residuales a los cauces.
Y así llegamos al escollo actual: el colector. En realidad, 30 kilómetros de tuberías para llevar esas aguas desde cada casa a la depuradora de la ciudad, con un coste de 9,5 millones, según el proyecto técnico redactado por el anterior gobierno municipal, que incluye un sendero fluvial doble para disfrute de todos. Tiene que construirlo la Junta, que para eso nos cobra en el recibo del agua el canon de depuración, pero hasta ahora se había hecho un romanones y no decía que no pero tampoco que sí.
Ahora dice que sí, pero la consejera añade que no puede invertirse dinero público en núcleos sin regularizar. Y para regularizar las viviendas hay que cumplir varios requisitos, entre ellos el tratamiento de las aguas residuales, es decir, el colector. Y para hacer el colector hay que regularizar antes... y así hasta el infinito y más allá.
El quid estaba en si ponemos antes el huevo o la gallina. Al final, después de algunos mareos al ave, se acordó que a la par. Bien. Pero el impulso a la regularización lo tienen que dar, y pagar, los propietarios, contratando equipos de profesionales para elaborar el plan especial de cada zona. No se niegan pero quieren garantías de que el colector se hará, pues no es la primera vez que pagan trámites urbanísticos que quedan en papel mojado. El escarmentado conoce el vado. Y la visita de esta semana de la consejera no les ha despejado dudas, sin plazos ni presupuesto para el colector. Solo un protocolo, otro, que algo es, pero menos de lo esperado pues en febrero ya se anunció en Sevilla y ahora se anuncia un convenio.
Así que, confían en que en la reunión del día 15 les despejen dudas, porque luego tienen que ir a sus vecinos y convencerles de que aflojen la gallina. La reunión será de la Mesa de Seguimiento del Protocolo de 2006, que lleva un año pidiéndose.
«Los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay río», decía Kruschev, dirigente de la Unión Soviética. Los dictadores dicen estas cosas «Haga usted como yo, que no me meto en política», le recomendó el nuestro a Pemán, como si el oficio de dictador fuera hacer macramé. En este bendito momento tenemos políticos, tenemos ríos y tenemos puentes. Solo falta voluntad de acuerdo.
DANZA INVISIBLE
El protocolo de marras forma parte de la iniciativa desplegada por el alcalde capitalino tras el 're-pacto' con su socio de gobierno: reunión con Adif, continuación de los postes inteligentes de la ZIT de su antecesor o impulso al conservatorio de danza, aunque la plataforma que lo reivindica desde 2017, harta de estar harta, ha pedido «más celeridad y menos titulares vacíos». Normal. El Día de la Danza de 2021, un día nublado, nos anunció la Junta, 'in situ', que ya tenía 2,7 millones para el conservatorio. Y tres años justos después, estamos como decían del Congreso de Viena: «no marcha pero baila». Más celeridad y menos protocolos.
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