El desarrollo de antivirales para luchar contra la covid-19, la predicción de la estructura de las proteínas mediante inteligencia artificial o los progresos hacia ... la fusión nuclear como solución al problema energético, son algunos de los principales avances científicos del último año. Sus aplicaciones mejorarán la vida de nuestro futuro próximo pero, a pesar del impacto económico y cultural que el desarrollo científico y tecnológico tiene en la sociedad actual, solo una de cada siete personas manifiesta espontáneamente su interés por temas de ciencia y tecnología, según la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología realizada en 2020 por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
Aunque dicho interés ha aumentado continuamente desde la primera de estas encuestas, planteadas por la FECYT desde hace dos décadas, todavía reflejan la necesidad de seguir invirtiendo esfuerzos en comunicación de la ciencia para lograr una verdadera democratización del conocimiento. El 28 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Cultura Científica y queremos que sirva para reivindicar el papel esencial que los museos de ciencia tenemos en el impulso al conocimiento y a la innovación responsables, en línea con los valores y necesidades de los ciudadanos.
Porque una de nuestras principales singularidades es la capacidad de ser lugares de encuentro entre los agentes implicados en el avance científico y tecnológico: investigadores, educadores, estudiantes, empresarios, medios de comunicación, ciudadanía y autoridades políticas. Constituimos un foro excepcional para estimular la conversación y la participación social en el proceso científico y fomentar la cultura científica en un sentido amplio e integrador.
Por ello defendemos un concepto de cultura científica que supera el modelo centrado en el deficiente nivel de alfabetización científica de la ciudadanía, para englobar dentro del mismo las múltiples funciones que desarrollan nuestros modernos museos: transmisión de resultados de investigaciones, divulgación del conocimiento científico y tecnológico, educación y didáctica de la ciencia, participación ciudadana en ciencia e investigación sobre procesos de comunicación de la ciencia y su impacto en la sociedad.
Reunimos en un mismo espacio a ciencia y sociedad, activando el diálogo, debate e intercambio de experiencias y, pasados los peores momentos de la pandemia, volvemos a ser el lugar de encuentro de cientos de miles de personas. Así lo indican los datos del Parque de las Ciencias, pues ya se ha superado el medio millón de visitas en este año, demostrando que la cultura científica tiene numerosísimos y fieles seguidores. La proliferación de museos de ciencia, la creación de la FECYT, la implantación de unidades de cultura científica, la celebración de semanas y de ferias de la ciencia, son los frutos más visibles de los esfuerzos empleados desde finales de la década de los 80.
Este día internacional nos motiva a reflexionar acerca del interés social de aquellas iniciativas colectivas y en el Parque de las Ciencias ya se comenzó hace una década a evaluar su impacto en la expansión de la cultura científica. Desde entonces ha participado en más de una decena de proyectos europeos de investigación, impulsando la intervención del público en diferentes ámbitos científicos, como los límites éticos de las tecnologías emergentes, la economía circular, la gestión de residuos urbanos o el cambio global, entre otros. Esta implicación social ha fomentado la cultura científica a través del aprendizaje autónomo, la promoción del pensamiento crítico y la comprensión de los aspectos metodológicos, lingüísticos, cognitivos y éticos de la ciencia.
Los acontecimientos vividos recientemente han visibilizado el imprescindible papel de la ciencia, pero también la importancia de la cultura científica para tomar decisiones basadas en evidencias que contribuyan a nuestro bienestar. Así, miramos hacia el futuro con una clara apuesta por la generación de conocimiento que garantice una cultura científica democrática, inclusiva, participativa, integradora y ética.
Los museos de ciencia surgimos como punta de lanza de la divulgación científica en la década de 1980 y ahora afrontamos el reto de contribuir al estímulo de una nueva cultura científica acorde con el acelerado avance científico y tecnológico del siglo XXI. Un camino en el que compartimos experiencias, conocimiento, ilusión y objetivos con compañeros de universidades y centros de investigación, científicos, periodistas, divulgadores, comunicadores todos que trabajan cada día por acercar la ciencia a la sociedad y la sociedad a la ciencia.
¡Seguiremos trabajando para que el próximo Día Internacional de la Cultura Científica tengamos nuevos hitos que celebrar!
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