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Puerta Real

Sólo desprecio

Domingo, 2 de noviembre 2025, 22:48

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Últimamente sucede en Valencia que, cuando la lluvia llama, se remueven los muertos. Miguel Hernández lo escribió con la rotundidad cruda de quien ve el ... poso de cieno en el fondo del agua; por eso, cada vez que el cielo abandona su azul calmo y vira al gris naufragio, el Levante entero siente el estremecimiento porque es una tierra en la que, como cantaba Raimon, las tormentas ha oscilado siempre entre la catástrofe y la sequía, entre la ambición de huerta generosa y la devastación del esfuerzo de décadas. De esta manera comenzó la tragedia del 29 de octubre pasado, convirtiendo una esperanza minutísima de feraz aliento para los frutales en paisaje fúnebre desolador, 229 vidas arrasadas, municipios hundidos en barro y en silencio. Pero no fue más que el principio, porque la intensidad de este desastre ha revelado tanto la pujanza de la solidaridad colectiva como la desnudez moral de quienes ostentan el poder con una inconsciencia solo parangonable a su soberbia.

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