Ramón Pané: el primer evangelizador de América
Tribuna ·
El 6 de enero de 1494 Ramón Pané concelebró la primera misa en La Isabela, germen del mayor potencial cristiano del mundo hoy díaMartes, 5 de enero 2021, 22:39
La mayor parte de los cristianos del mundo hoy día habla y reza en español. La frase, pronunciada por el papa Juan Pablo II hace ... algunos años, sigue siendo una realidad incluso aún más palpable, puesto que el actual papa Francisco es argentino. Algunos dicen que por eso el polaco profesaba una predilección especial por España, por su labor evangelizadora.
Todo comenzó el 6 de enero de 1494, en La Isabela, ubicada en la costa norte de la isla La Española, fundada por Cristóbal Colón durante su segundo viaje. En La Isabela (situada en la actual República Dominicana) tuvo lugar el 6 de enero del 1494, un acontecimiento religioso de especial trascendencia, con la celebración de la primera misa y la fundación solemne del primer pueblo español en el Nuevo Mundo.
Se escogió expresamente la fecha del 6 de enero, que es cuando la Iglesia celebra la Epifanía. Allí estaban trece religiosos, los primeros venidos a América, para que, como en el Cenáculo, uno representase místicamente a Cristo y los otros doce a los apóstoles.
Actualmente, el emplazamiento es el Parque Nacional Histórico Arqueológico de la Villa de La Isabela y un lugar que el propio Ministerio de Turismo dominicano califica «de alta significación histórica, pues alberga restos de la primera villa fundada por los europeos en el continente americano». Existen, además, museos o una hermosa capilla construida a semejanza a las existentes en España en la época del descubrimiento y dedicada a la Virgen de Monserrat.
Entre los trece religiosos mencionados estaba Ramón Pané, un personaje histórico bastante desconocido en Europa, pero reverenciado en Hispanoamérica como el padre de la fe católica en aquel continente.
Fray Ramón Pané fue un laico jerónimo, catalán, que llega al fuerte de 'La Navidad' (lo que hoy conocemos como Puerto Plata en República Dominicana), el 28 de noviembre de 1493, formando parte del contingente que realiza el segundo viaje con Colón.
Pané entonces era un joven de unos 25 años, observador y curioso, que llegó a un territorio en el que los aborígenes en principio aparecían a sus ojos como todos iguales, pero pronto descubre que eran grupos humanos en evolución dinámica, que hablaban lenguas distintas, tenían diferentes culturas, creencias y hábitos propios. A esta situación, que cuando se formó en el monasterio de San Jerónimo de La Murtra en Badalona no podía ni imaginar, debió adaptarse Ramón Pané que se autocalifica como «pobre» y «ermitaño».
No sólo es el primer europeo que va a ser testigo de cómo viven los habitantes de la isla, sino también el primero en ponerlo por escrito, allí mismo, en América. El resultado es su obra 'Relación acerca de las antigüedades de los indios', que entrega a Colón en 1500. Su libro, por falta de medios, es breve pero irreemplazable.
En América se le reconoce como el primer evangelizador, misionero, etnólogo, antropólogo, maestro, alfabetizador, traductor y lingüista, ya que fue el primer actor y observador participante de un pueblo del Nuevo Continente.
Vivió durante varios años con los indígenas y recogió datos sobre sus creencias mitológicas y ceremonias religiosas, sus hábitos y el sentido de muchos términos de su lengua. Todas las descripciones de su obra están marcadas por su interés religioso: enfermedades, cuidados médicos, medicinas, comida, el mar, los muertos, mitos y creencias.
En cuanto a su actuación como evangelizador, es quien inaugura la 'convivencia', pues aprende por lo menos dos lenguas, la del territorio Macorix y la Taína, y las aprende conviviendo con los aborígenes. Primero con los Macoriges durante unos dos meses, luego casi dos años con el cacique menor Guaticaba y cacique mayor Guarionex y durante tres años guarda relación con Mabiatué. Consigue con su ejemplo numerosos bautismos voluntarios.
Ésta es una de sus hazañas: integrarse a las comunidades aborígenes a través del conocimiento de su idioma, comunicarse, conocer su realidad, su mundo cultural y, al mismo tiempo, darse a conocer y evangelizar. De hecho, fue el primer misionero en tierra americana.
En su obra jamás se advirtieron términos despectivos o discriminatorios en contra de los indígenas. Postuló la aceptación voluntaria de la fe y fue pacífico para evangelizar.
Se le considera adelantado a su época, puesto que practica la Nueva Evangelización y la inculturación, que actualmente supone el gran reto de la Iglesia católica. En América existe incluso una Fundación Ramón Pané, en recuerdo del primer evangelizador.
Pané es ejemplo de un catalán, español, respetuoso con las costumbres y el habla de los indígenas y que es ejemplo de convivencia pacífica, que tanta falta nos hace en los tiempos actuales. Esperemos que en 2021 nos podamos inspirar más en estas personas que han establecido importantes puntos de encuentro, de comunión y de cohesión entre culturas.
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