'Querida Amazonía'
Tribuna ·
El Papa señala que los pueblos amazónicos están íntimidamente ligados con su medio natural por lo que el cuidado de esas personas no se puede desligar del cuidado de su ecosistemaLunes, 24 de febrero 2020, 00:50
Quizás sea el propio título de la nueva Exhortación Apostólica del Papa Francisco uno de los aspectos que más haya que resaltar de la misma: ... se trata de un documento lleno de cariño hacia un territorio que está siendo sometido a un continuo saqueo social, cultural y ecológico. Frente a esta situación, el Papa responde con tres sueños. Pero, siendo consciente de la importancia del propio comportamiento de la Iglesia en la región, Francisco añade un cuarto sueño, el 'Sueño Eclesial', que abre perspectivas muy interesantes desde el punto de vista pastoral aunque haya sido el más criticado.
El primer capítulo se centra en el 'Sueño Social', destacando que el verdadero planteo ecológico es también un planteo social. A la actuación de los empresarios que dañan la Amazonía al no respetar el derecho de los pueblos originarios les pone un nombre claro y duro: «injusticia y crimen», ya que sus acciones se convierten en un instrumento que mata. Con Juan Pablo II reitera que la globalización no debe convertirse en un nuevo colonialismo.
El segundo capítulo está dedicado al 'Sueño Cultural' y siguiendo una imagen que le es muy querida, la del 'poliedro amazónico', deja claro que promover la Amazonía no significa colonizarla culturalmente sino que es necesario cultivar sus raíces para evitar una 'colonizacion postmoderna'. Para ello propone un encuentro intercultural con las culturas urbanas de occidente, recordando que la identidad y el diálogo no son enemigos.
El tercer capitulo sobre el 'Sueño Ecológico' esta muy relacionado con la 'Laudato si'. El Papa señala que los pueblos amazónicos están íntimamente ligados con su medio natural por lo que el cuidado de esas personas no se puede desligar del cuidado de su ecosistema. A nivel internacional, es necesario escuchar 'el grito de la Amazonía' ya que todo el equilibrio planetario depende de su salud. De aquí que la solución no sea internacionalizar la región sino aumentar la responsabilidad de los gobiernos nacionales, ya que para que un desarrollo sea sostenible se requiere que los habitantes estén informados de los proyectos que les conciernen.
Llegamos así al cuarto capitulo dedicado al 'Sueño Eclesial', el más contundente y el que más expectativas había despertado, por incluir una posible reconsideración del ministerio sacerdotal en la Iglesia. Ciertamente no era este el principal tema del Sínodo pero de él salió la petición de posibilitar el sacerdocio a diáconos casados y el diaconado a las mujeres, una propuesta que fue aprobada por la mayoría requerida de dos tercios de los obispos presentes, pero que no se ha recogido como tal en la Exhortación. En este sentido, para los considerados 'progresistas', el documento es un fracaso, mientras que para los 'fundamentalistas' ha resultado un alivio.
Sin embargo, hay varios aspectos del capítulo que merecen ser resaltados. El Papa insiste en que los pueblos amazónicos «tienen derecho al anuncio del Evangelio, sobre todo a ese primer anuncio que se llama 'kerygma'» (nº 64) expresado de maneras diferentes, lo cual requiere un proceso especial de inculturación social y espiritual. Ante la necesidad de más sacerdotes para una mayor frecuencia de la celebración de la Eucaristía, Francisco exhorta a los obispos a ser «más generosos orientando a los que tengan vocación misionera para que opten por la Amazonía» (nº 90). A su vez reitera que «el modo de configurar la vida y el ejercicio del ministerio de los sacerdotes no es monolítico y adquiere diversos matices en distintos lugares de la tierra» (nº 87). Aunque sólo el sacerdote puede presidir la Eucaristía, el Papa considera que este sería un objetivo muy limitado, porque lo que se necesita es provocar una nueva vida en las comunidades mediante la presencia estable de líderes laicos suficientemente formados. Sólo con un fuerte protagonismo de los laicos, la Iglesia podrá responder a los desafíos de la región. El mismo protagonismo destaca para las mujeres, cuyo papel no se puede reducir ni clericalizar, por lo que tampoco apuesta por un diaconado ministerial femenino, sino más bien por su participación en una Iglesia sinodal.
Posiblemente la consideración de una Iglesia más sinodal sea una de las grandes esperanzas puestas en el Papa Francisco. Las primeras frases de esta Exhortación pueden ser muy importantes para el futuro: «Escuché las intervenciones durante el Sínodo y leí con interés las aportaciones de los círculos menores… Con esta Exhortación deseo incorporar un marco de reflexión… que ayude y oriente a una armoniosa, creativa y fructífera recepción de todo el camino sinodal» (nº 2). De esta forma se considera como uno más de los intérpretes para asumir las conclusiones del Sínodo. La Exhortación no es puro documento emanado del Vaticano, sino una forma de hacer magisterio sinodal recogiendo lo que la Iglesia en su conjunto ha reflexionado. Se trata de un nuevo camino magisterial de comunión y participación. «Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonía, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos» (nº 7). Quizás queda libre el paso de que los obispos de la Amazonía puedan solicitar aquellas transformaciones que consideren necesarias para encarnar mejor la fe en esa región.
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