Pulso con Hong Kong de fondo

La satisfacción por recibir aliento para el sector turístico europeo y el festivo en Estados Unidos llevaron a los mercados a ignorar oficialmente el último ... episodio de la confrontación entre Washington y Pekín, pero sin perder de vista la inquietante deriva de una pugna cuya prolongación solo añade lastre a la comatosa economía mundial. El nuevo agravamiento de la tensión en las calles de Hong Kong presta el escenario para prolongar la lucha. China pretende hacer creer que su Ley de Seguridad Nacional para la excolonia británica, que la Asamblea Nacional Popular aprobará estos días, no compromete un régimen especial de libertades inexistente en el conjunto del gigante asiático. Y la Casa Blanca, que detecta un creciente sentimiento antichino entre los estadounidenses –atizado por las interesadas proclamas de Trump sobre el origen del coronavirus–, quiere mostrarse como paladín de los derechos civiles de los hongkoneses, aprovechando el viaje para minar la estabilidad del centro financiero internacional. En la batalla por el relato, Pekín coloca dos palabras de fácil comprensión: guerra fría. Pero la cercanía de las elecciones en EE UU y las urgencias económicas chinas contribuirán a calentar el pulso.