Proyecto educativo 'Transición'

Ayer, 10 de abril, el director del proyecto educativo 'Transición', Víctor Vázquez, maestro de prisiones; Fernando Cañavate, fundador de Avopri; Antonio Baena, coordinador de actividades, jubilado; y Francisco Cámara, actual director de Avopri, recibieron el premio Miguel Hernández, dotado con 25.000 euros, que otorga el Ministerio de Educación a los proyectos educativos de mayor relieve nacional.

Con el proyecto han colaborado más de cuarenta voluntarios, en su mayoría profesores jubilados, muchos de ellos miembros de la Asociación de Voluntarios de Prisiones (Avopri). Además, colaboran alumnos en prácticas de la UGR; voluntarios de otras asociaciones; funcionarios de vigilancia y tratamiento; anterior Director, Reyes Ruiz; equipo directivo actual –Cristina Buján, directora; Máximo Martínez, subdirector–; Iluminada Linares, coordinadora actual de actividades; y el juez de Vigilancia Penitenciaria, Pedro Joya.

'Transición' ha conseguido transformar las dependencias del centro, logrando ofrecer una segunda oportunidad a los presos, al ofrecerles medios para su incorporación a la sociedad. Este proyecto educativo, diseñado en 2010, es obligatorio, y, gracias a él, los internos pueden estudiar, hacer deporte, participar en talleres, prepararse la teórica del carnet de conducir, leer...

Los objetivos del programa son fomentar la inclusión y la normalización; mejorar sus condiciones humanas y sociales; desarrollar hábitos de estudio y de trabajo; propiciar destrezas lingüísticas y comunicativas; impulsar su desarrollo físico y social; facilitar formación informática y cultural; mostrarles nuestro patrimonio histórico, artístico y científico; enseñarles normas básicas de convivencia; promover formación ocupacional… Además, los internos dan charlas en los centros educativos y en colegios mayores, para prevenir la delincuencia, la drogodependencia y el maltrato, y, con esta actividad, los presos se sientan útiles para la sociedad.

Para conseguir lo anterior, hay clases de lecto-escritura; Educación Secundaria de Adultos; preparación para obtener el título de Graduado en ESA y Bachiller; Lengua Española para extranjeros; Curso de Acceso a la Universidad y a ciclos formativos. También hay actividades deportivas, senderismo, biblioteca, animación a la lectura, rutas literarias, revista, educación vial, preparación para el permiso de conducir, informática, salidas culturales, habilidades sociales, terapia Gestalt, educación para la salud, talleres ocupacionales, pintura, música, conferencias, recitales de poesía, exposiciones, mesas redondas, conciertos, cine-fórum… Además, un grupo de voluntarios y profesores de las Facultades de Psicología y Ciencias de la Educación han creado una Escuela de Padres para internos.

Partiendo de cero, se ha andado un largo camino: muchos han aprendido a leer y escribir, han aprobado la ESO, se han matriculado en estudios medios y superiores, se han sacado el carnet de conducir, conocen los ordenadores, han desarrollado habilidades en los talleres, han conocido el entorno histórico y monumental granadino o se han iniciado en la lectura. Pero lo fundamental es que todos se han acostumbrado a una vida con horarios regulares, ocupación habitual, trabajo en grupo, colaboración con los demás, y, sobre todo, preparación para desarrollar una vida normalizada en el exterior. Este proyecto es pionero en España, y, actualmente, un modelo a seguir por los demás CIS.