Pepe 'El Tomillero' aplaude a la naturaleza por las múltiples lecciones que todos los días ofrece a una humanidad que no deja de sorprenderse no ... sólo con lo que pasa a diario, sino con lo que determinados de sus miembros le transmiten. Ha bastado que el cielo se tiñera de ocres y que, como sucede tan a menudo en Almería, nos cayeran encima cuatro gotas, para que los ríos de barro se convirtieran también en ríos de tinta, como parte de una ensalada informativa repleta de aderezos de todo tipo.
Portadas, contraportadas, aperturas, cierres, secciones fotonoticias… cada cual, a su manera y tan en sepia como era predecible. Paisajes marcianos, edificios difuminados por la calima y después, en sus redes, webs y demás, el barro pegado como chicle en los coches, en las aceras… y los mensajes de la conveniencia de las mascarillas, industria popular que llega para quedarse.
Es lo que tiene el polvo en suspensión, que se moja, cae por su peso y nos deja todo preparado para una película de ciencia ficción con opción a Óscar y a estrella en el paseo de la fama de Almería una vez que los servicios municipales de limpieza lo dejen 'niquelao'.
Y mientras todo esto sucedía, el llamado a ser nuevo líder del PP, ejerciendo de presidente autonómico aventajado, que son años de experiencia los que lleva en esto y tiempo ha tenido para conocer lo de los impuestos de los hidrocarburos y los IVA… pero bueno, peor fue lo de Castilla y León. Tampoco es el primero que no es advertido por sus asesores de lo que hay, que le ha pasado a todo el mundo y en todas partes. En unos sitios se ha rectificado de inmediato, en otros se ha querido que pase el tiempo para que llegara el olvido y, en los más drásticos, no ha quedado asesor vivo. Tampoco en Almería se debe estar haciendo caso a los asesores que, precisamente cuando se da la noticia del importante incremento económico en la concesión de limpieza y ¡zas!, se nos ponen las calles como se han puesto, seguro que están advirtiendo que se lleve a cabo una actuación especial de limpieza. Como se levante viento vamos a tener que estar con puertas y ventanas cerradas hasta que a alguien se le ocurra que la empresa concesionaria nos mande a su 7º de Caballería. Para evitarlo basta con descolgar el teléfono y ordenarlo, aunque mañana haya que hacer lo mismo, pero nuestros pulmones bien se merecen un respeto. Cuando a alguien se le mancha el pantalón lo correcto es mandarlo a limpiar y no seguir con el mismo. Y no digamos si se trata de modelos de marca y boutique.
Es lo que tiene el polvo y lo que deja después los lodos. Pasa en la naturaleza, en lo atmosférico, en los meteorológico y también en cosas tan, tan, tan, como la política, que lo dejamos correr, que no actuamos a tiempo para paliar los efectos y que, al final, todo se convierte en un barrizal, en un lodazal que amenaza con llegarnos al cuello. Y es que parece que al final somos conformistas y que todo nos da igual. Estamos tan acostumbrados a que nos llegue todo a nuestras manos y cuando sea que hasta encargamos bebés y cuando estalla una guerra reclamamos porque no los traen empaquetados hasta la puerta de casa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión