Creo que han puesto un hostel en el bloque
El patio de los neones ·
El otro día alguien me preguntó en la puerta de mi propia casa si venía a Granada para muchos díasFernando Fedriani
Granada
Martes, 22 de octubre 2019, 02:30
La hermosa sueca que me he cruzado en la escalera no es de aquí. Esos rasgos no son muy de la tierra. Aquí las mujeres ... aparentan ser de otra manera. Y, sobre todo, y esto es la clave, arrastraba una maleta a la salida del bloque. Era una maleta pequeña, como las que caben en los aviones de la compañía esa barata que vuela casi sin combustible. Pero de aquí, muy de aquí, no es la sueca. Y estoy casi seguro porque recordaría haberla visto antes. No tengo demasiada memoria, pero algunas veces sí que me fijo en la gente. Algunas veces, no tengo claro de qué depende, sí que me fijo.
De todas formas, estoy atando cabos. El otro día me ocurrió algo similar. Vi a un 'vecin' doblar un mapa en el descansillo. Y me llamó poderosamente la atención porque yo no soy capaz de doblar un mapa sin colmarlo todo de pliegues nuevos. Siempre que tengo que doblar un mapa termino por crear ríos y aristas donde no los había. Tenía además un sombrero como de explorador, llevaba pantalón corto y hacía frío, pero sobre todo creo que me contesto algo así como /gufmórnin/.
Asumo con deportividad que quedan lejos aquellos tiempos en los que todos los vecinos pasaban la vida reparándote las rodillas cuando te caías por las escaleras. También será difícil que aparezca una vecina como Sacramento, a la que tantos pelotazos míos rompieron innumerables macetas. Eso sí, me hace desconfiar que cada semana algún ser procedente de otras tierras comparte conmigo unos segundos de concordia, que son efímeros.
A mí me da mal rollo que duerma en mi bloque gente nueva cada día. Porque algunas veces serán amables, pero cómo no sabremos si mañana tocará una despedida de soltero, gente que es de bien, pero solo cuando está en su tierra. Qué sé yo. Sospecho que alguien ha montado un hostel en el bloque, porque estoy atando cabos. Pero lógicamente nadie nos ha pedido permiso, ni creo que se paguen impuestos, ni hay autorización, ni nada que se le parezca.
Ahora que caigo, el otro día alguien me preguntó en la puerta de mi propia casa si venía a Granada para muchos días, a pesar de que llevo residiendo en el mismo lugar varios años. Porque ha parecido poco tiempo, pero son varios años ya. Y yo no sé, no sé cómo explicarlo, pero esto no me gusta. No me hace sentir bien.
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