SOS de los pescadores de Adra al presidente de la Junta de Andalucía
La dramática situación por la que atraviesa la Cofradía de Pescadores del histórico Puerto de Adra es lo más parecido a un agonizante vía crucis que nos aboca sin remedio a una muerte lenta
Emilio Francisco Jiménez Rodríguez
Martes, 2 de agosto 2022, 23:52
Excmo. Sr. presidente: Me dirijo a Vd. en primer término para felicitarle por el reciente resultado electoral y consiguiente toma de posesión, sin el menor ... género de duda acordes con la confianza que los ciudadanos andaluces hemos depositado en Vd. y en su proyecto político. Desde la Cofradía de Pescadores del Puerto de Adra, no hemos podido esperar un solo día más para dirigirnos a Vd., así como a la consejer Dª Carmen Crespo Díaz, a quien extendemos también esta apremiante misiva. También a ella le trasladamos nuestra más sincera enhorabuena por el reciente nombramiento para continuar en el ejercicio de su cargo, síntoma palmario de su abnegada preocupación y su profesional labor en la búsqueda de soluciones eficientes, sólidas y duraderas encaminadas a devolver a los sectores agrario, ganadero y pesquero de nuestra región al digno lugar que les corresponde.
Es bien conocida, Sr. presidente, la enorme pujanza que el sector pesquero español, y en particular, el andaluz, ha desplegado siempre para sobreponerse a los azotes del mercado internacional, así como a las políticas de protección de los mares y los océanos, en aras de hacer estas últimas compatibles con una actividad pesquera rentable y oxigenada. Si la sangrante situación provocada con carácter general en el sector pesquero con motivo del alza descontrolada del precio del combustible no fuera suficiente, la dramática situación por la que atraviesa la Cofradía de Pescadores del histórico Puerto de Adra es lo más parecido a un agonizante vía crucis que nos aboca sin remedio a una muerte lenta de la que únicamente nos puede salvar el Gobierno andaluz de la mano de su presidente y su consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, que por su honradez, su rigor profesional, y qué duda cabe, su firme compromiso con el sector pesquero andaluz, y en particular, el abderitano, es fiel depositaria de nuestra confianza para ayudarnos a encontrar una luz al final del largo y oscuro túnel por el que navega el sector pesquero del pueblo que le ha visto nacer. A los problemas que afectan a la pesca en general se suman los que sufre particularmente la Cofradía de Pescadores del Puerto de Adra, que agravan con tal virulencia la situación que la están conduciendo al drama de su desaparición, y con ello a la extinción del medio de vida de centenares de familias que durante siglos han dado su vida por preservar uno de los artes más ancestrales de Andalucía.
Hace ya varios meses que la fábrica de hielo del Puerto de Adra ha dejado de funcionar con motivo de una grave avería cuya inaplazable reparación, exclusivamente encaminada a poder continuar sirviendo hielo cuanto antes, tiene un coste estimado de 30.000 €, cantidad inasumible para una Cofradía de Pescadores que se encuentra en la más penosa de las ruinas. Y más allá de una reparación de urgencia que solo comportaría un parche para dar respuesta rápida a la grave contingencia actual, es fundamental la elaboración de un proyecto integral de remodelación de la fábrica a medio plazo que esté a la altura del implacable aumento del precio de la energía, con el diseño, fabricación e instalación de una máquina moderna que guarde estricto rigor con los estándares normativos y los actuales principios de máxima eficiencia y sostenibilidad, y que ofrezca un servicio eficaz que de respuesta a toda la demanda de la flota pesquera abderitana y sus distribuidores.
Otro asunto no menos importante tiene que ver con las ayudas concedidas por lo paros biológicos, que en ocasiones no recaen sobre los trabajadores al ser denegadas a los armadores, muchos de los cuáles ni siquiera tienen la oportunidad de solicitarlas debido a su gravosa situación fiscal. Su concesión se produce tras haber transcurrido demasiado tiempo desde el paro biológico que las justifica, lo que tiene un efecto demoledor sobre los damnificados. En conclusión, no tiene el menor sentido que los requisitos para la concesión de ayudas sean más estrictos para aquellos que más lo necesitan, ni que el cobro de las mismas se dilate innecesariamente en el tiempo, prolongando injustamente la agonía de armadores y trabajadores del puerto abderitano, que en los últimos años ha pasado al último lugar de Andalucía en la percepción de ayudas sociales. Algo parecido venía ocurriendo hace algunos años con la condonación de deudas que el anterior gobierno socialista concedió exclusivamente a las cofradías de pescadores que explotaban Lonja, motivo por el cual la Cofradía de Pescadores del Puerto de Adra quedó excluida. Una vez más, cuanto más vulnerables somos, menos ayuda recibimos, y antes entramos en el bucle de la desaparición.
En definitiva, ésta no es una carta de formalidad, sino una formal y agonizante llamada de socorro para rescatar del fondo del mar al más digno medio de vida que vertebra la historia del pueblo abderitano, que ha regalado a Andalucía, y a toda España, la cultura milenaria acuñada en las monedas que llevan su escudo, defendida a capa y espada durante siglos por centenares de familias, generación tras generación. Un escudo con dos atunes que es testimonio vivo de nuestros ancestros más lejanos, y que merece la pena seguir protegiendo hasta que nos quedemos sin aliento. No puede haber mayor paradigma de la contradicción, ni más vil atropello a nuestra cultura por parte de la Administración central de pesca, que haber dejado sin cuota de atún a una ciudad con tres mil años de historia que trajo a Europa sus primeras monedas con dos atunes grabados como símbolo indeleble e inequívoco de su vínculo con la pesca de esta especie. Unos derechos históricos que bien merecen una cuota anual de al menos 500 toneladas de atún para el puerto abderitano. No se hunde un barco. Se hunden una treintena. Se ahogan las familias de sus trabajadores y armadores y se pone punto final a una historia milenaria que es el orgullo y la razón de ser de un pueblo: el pueblo abderitano.
Por todo ello, ruego concierten cita urgente con nosotros, en aras de dar una a solución definitiva y satisfactoria para todos los implicados. Entretanto, reciban un afectuoso saludo.
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