Mi tío Luis Felipe Medina fue concejal en Córdoba en las postrimerías del franquismo y durante la Transición. Murió en noviembre del año pasado. La ... necrológica del ABC recogía que salvó de la piqueta el Gran Teatro y alcanzó un acuerdo con RENFE y el Gobierno para construir la actual estación de mercancías de El Higuerón. Supongo que la memoria histórica cordobesa le pondrá una placa en la fachada del edificio, a la par que el consistorio hará constar en acta el agradecimiento a título póstumo por los servicios prestados a la ciudad, toda vez que uno de los argumentos que esgrime el Ministerio de Defensa para la concesión a Córdoba del Plan COLCE es la ubicación y uso de la mencionada estación de ferrocarril.
Lejos de la vanidad familiar, traigo a colación su figura porque, corriendo tiempos similares, en Jaén un alcalde permitió el insultante derribo del Teatro Cervantes, sustituido por un búnker fascista. Resalto también que ninguno de los alcaldes franquistas o democráticos, independientemente de su sesgo político, ha conseguido que Jaén tenga una línea férrea digna. Si los políticos jienenses hubieran tenido su capacidad, hoy Jaén dispondría en el centro de la ciudad de un coqueto teatro y de los casi dos mil empleos que creará el proyecto COLCE.
Constatamos sin atisbo de duda que hemos tenido y tenemos unos políticos provinciales mediocres y sin capacidad de influir en las decisiones de los gobiernos autonómico o central. Ante la ausencia de valía autóctona, Jaén ha sido circunscripción electoral presta a diputados cuneros: Boyer y Morán, PSOE; Cristóbal Montoro, Gabriel Camuñas o Elvira Rodríguez, PP, por citar sólo algunos casos. Trocose la generosidad en olvido y desagradecimiento. De nada nos ha servido que los citados fueran ministros o desempeñaran altos cargos. El resultado para la provincia siempre ha sido el mismo, el abandono. Por ello no tendrán jamás ni mi perdón ni mi menor compasión. No obstante, nuestros políticos no son los únicos ni principales culpables.
Los ciudadanos jienenses somos en lo tocante a la res publica heces que flotan en aguas residuales. El domingo iremos de manifestación acompañados por los responsables del desaguisado. He leído que ante la derrota algunos fanáticos se felicitan por la altura política del alcalde de Jaén simplemente por haber escrito al presidente de gobierno, correligionario de su partido, una carta sin más consecuencias que una pose para la galería.
Mi padre, noventa años, pero con el espíritu más joven que los adocenados que no alcanzamos su edad, propone, «lo que hay que hacer es cortar las carreteras en Despeñaperros y en Puerto Carretero. Y las vías de tren que corran por la provincia. Que pase lo tenga que pasar». Él ha conocido el Plan Jaén de Franco, las promesas de González, Zapatero, Aznar o cualesquiera presidentes de la Junta. Sabe lo que es el desengaño. Cuando en las próximas elecciones se llenen las urnas con los votos a los partidos de siempre, no podré mirarlo a la cara por la sencilla razón de que quienes no tenemos perdón somos los jienenses.
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