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La pérdida de confianza

El mejor método de lograrla es hacer las cosas siempre bien y de forma amable, tanto en el ámbito personal como en el profesional o de negocio, pero sin falsedades, ni trampas

ANTONIO LUIS GARCÍA

Sábado, 19 de octubre 2019, 22:58

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No nos cabe ninguna duda de que la pérdida de confianza en los demás, en las personas cercanas y lejanas, en los conocidos y desconocidos ... y, sobre todo, en los políticos, es cada día mayor y más preocupante. En paralelo a ello, crece igualmente el número de escépticos y desconfiados; por muy frecuente y vulgar que nos pueda parecer la expresión «yo ya no me fío de nadie», esta implica una decadencia moral y social de extenso calado. Atrapados por la globalización y la tecnología disruptiva y con la colaboración de los partidos políticos, estamos muy cerca de la peor meta del neocapitalismo liberal y progresista que nos invade: el egoísmo ciego, el individualismo –no la individualidad– en estado puro, la desconexión total de los demás, la soledad más absoluta, la destrucción de la familia, la desaparición de la vida social, los intereses por encima de todo, etc. son algunas de sus peculiaridades. Aunque no seamos muy conscientes de ello, la falta de confianza en los demás y en aspectos fundamentales de la vida, destruye la esencia misma de toda sociedad, que es la fraternidad y la convivencia pacífica de todos sus miembros.

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