Una lista de espera mortal
Miles de pacientes necesitan ser evacuados de Gaza para recibir un tratamiento imposible de brindar por un sistema sanitario en ruinas
Pascale Coissart
Coordinadora de emergencias de Médicos sin Fronteras
Miércoles, 10 de diciembre 2025, 00:22
Hace siete meses, Hadeel Zourub perdió a su hijo de seis. «Murió mientras esperaba evacuación médica. Lo perdí en un abrir y cerrar de ojos ... porque no había medicamentos. Su sistema inmunológico se volvió muy débil», recuerda Hadeel. Ahora, su hija Lana está en la lista de espera, y languidece en el Hospital Nasser, un centro que recorrí muchas veces en estos últimos dos años, y en el que vi a tantos y tantos pacientes esperando un mejor tratamiento. Padece la misma enfermedad renal rara que tenía su hermano. «Hace año y medio derivaron a mi hija para una evacuación médica. Cuando terminó la guerra pensé que nuestra vida mejoraría, que los pasos fronterizos se abrirían, y que podría evacuar a mi hija. Pensé que habría medicamentos disponibles. Pero no es así».
En Gaza, más de 16.500 personas (de ellos casi 4.000 niños y niñas) según la Organización Mundial de la Salud, están a la espera de una evacuación médica porque no pueden recibir el tratamiento que necesitan en una Franja reducida a escombros. Son pacientes con lesiones traumáticas graves, enfermedades crónicas y condiciones potencialmente mortales que no pueden esperar a que se reconstruya un sistema sanitario destruido por ataques sistemáticos.
Desde el comienzo del frágil alto el fuego el 11 de octubre, han sido evacuados 184 pacientes. Necesitamos pisar el acelerador. Los gobiernos de todo el mundo deben aumentar de forma drástica y continuada las evacuaciones médicas desde Gaza. Cada retraso, cada trámite burocrático, cada lista incompleta, puede suponer la muerte: al menos 900 personas han fallecido mientras esperaban un traslado fuera de la Franja según la OMS. A menudo, las autoridades solo lo descubren cuando contactan con las familias para informarles de su posible evacuación.
Son muertes evitables, consecuencia no solo de la destrucción de hospitales, sino también de la inacción política. Las evacuaciones médicas se ven afectadas tanto por las autoridades israelíes, que limitan el número de pacientes que pueden ser evacuados, como por la falta de voluntad de los países para aceptar pacientes y sus familias. El año pasado en el norte de Jan Yunis, una mujer me contó que tenía cáncer en la garganta. Tenía tres hijos pequeños, pero no se le permitía salir con ellos, se quedó en Gaza. No la volví a ver; no sé cómo estará su salud ahora.
Los ataques sistemáticos contra las instalaciones médicas, el asesinato de trabajadores sanitarios y las restricciones deliberadas al suministro de material médico han provocado el colapso del sistema sanitario. La magnitud de la destrucción es devastadora: ni un solo hospital funciona en su totalidad y el sistema de salud ha perdido a más de 1.700 profesionales sanitarios bajo las bombas.
Estos pacientes no pueden esperar la reconstrucción de hospitales; necesitan tratamientos específicos no disponibles, cirugías especializadas, quimioterapia y/o radioterapia, diálisis, incluso las pruebas de diagnóstico para evaluar su evolución y estado clínico y evitar complicaciones más graves.
La cifra de la OMS solo refleja los casos registrados; se cree que hay muchos más pacientes que necesitan ser evacuados. Además, la falta de pruebas diagnósticas hace que los pacientes tengan que esperar períodos eternos antes de poder siquiera inscribirse en la lista de derivación para evacuación médica.
Más de 10.000 pacientes han sido evacuados fuera de Gaza en dos años de masacre. La gran mayoría de los traslados se realizaron al inicio de la guerra, y han sido acogidos por países de la región como Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Turquía o Jordania. Otros, sin embargo, no han hecho prácticamente nada. Europa, como en otras cuestiones relativas a Gaza, también arrastra los pies. Si hubiesen salido antes, ¿los pacientes actualmente en la lista para evacuación médica estarían en estado tan grave? 16 países de la Unión Europea —entre ellos Alemania, Portugal, Austria, Polonia, Dinamarca, Finlandia o Suecia— no han facilitado ninguna evacuación. España, por su parte, ha recibido a 65 pacientes. Es un número pequeño y aun así la sitúa entre los estados europeos que más personas han evacuado. Aun así, España puede aumentar su compromiso e instar a otros países de la UE a acoger pacientes que requieren una atención urgente.
El desafío es enorme y requiere más esfuerzo, a nivel nacional, europeo e internacional. Las evacuaciones deben ser masivas, priorizando a los más vulnerables, incluyendo adultos y personas mayores (3 de cada 4 casos). Y va más allá del mero traslado: los pacientes necesitan viajar con su familia cercana, recibir visados sin demoras, acceder a condiciones de vida dignas y contar con atención médica continua mientras estén fuera, así como con la posibilidad de regresar de forma segura si así lo desean.
El frágil alto el fuego por sí solo no pondrá fin a la catástrofe médica.
Hoy, en Gaza, con los hospitales en ruinas, las restricciones en el aprovisionamiento de material médico y medicamentos, la evacuación médica es la mejor posibilidad (no es la única, podríamos mejorar el sistema de salud de la Franja si nos dejaran) que tiene una persona gravemente herida o enferma de recibir el tratamiento que necesita. Cada retraso, cada caso en las listas de espera, cada país que no hace lo suficiente, convierte un trámite en un riesgo para la vida. Evacuar pacientes no es opcional: es urgente, necesario y es un imperativo humanitario. Miles de pacientes como Lana no pueden esperar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión