Hacer el paripé
«Es necesario llegar a un acuerdo de paz inmediato que permita reconstruir los horrores provocados por la guerra, pero ambos contendientes, los terroristas de Hamas y el gobierno de Israel, han declarado aceptar la propuesta de acuerdo norteamericana. Un gran número de países esperan que posibilite una paz segura (...) pero queda la duda de la sinceridad de la aceptación por parte de Hamas»
Andrés García Lorca
Catedrático de Universidad en el Área de Análisis Geográfico y Regional
Sábado, 4 de octubre 2025, 23:53
En el castellano usual se utiliza la expresión hacer el paripé para significar fingimiento, o como me contó una vez Curro Romero «hacer como que ... se hace», aunque apostillaba que eso era de tontos, yo diría que es más bien de hipócritas. Realmente el origen etimológico de la palabra paripé se suele considerar procedente del término «paruipen» del lenguaje caló y que significa trueque o cambio; pues en efecto es un cambio de la realidad por la ficción.
Esto viene a colación por la decisión de Sánchez de enviar al BAM 'Furor' para proteger a la considerada como flotilla de la libertad en apoyo de los gazatíes, todo un gesto sin ninguna trascendencia real, pues se trataba de hacer un paripé para contentar a determinados sectores de la izquierda, sabiendo que no harían nada, ni intervendrían en acción alguna de protección y defensa de los ocasionales navegantes, realidad que se confirmó cuando se alcanzó la línea de exclusión trazada por Israel. Decisión que, por otra parte, ha vuelto a poner de manifiesto el desprecio de Sánchez hacia el Parlamento y la frivolidad en el uso de los medios de defensa del Estado para hacer este paripé.
Realmente la vida de Sánchez y la de su entorno inmediato, esposa y hermano, es un puro paripé, desde su tesis doctoral, pasando por el fingimiento de Begoña, queriendo pasar por ser catedrática de universidad, o su hermano por compositor indiscutible, lo que se ha evidenciado como algo ajeno a la verdad de una realidad objetiva, pero eso es lo característico de los populismos y así nos va.
Ha resultado curioso, en este asunto de la flotilla, que sus componentes hayan sido tratados conforme al protocolo de actuación con la inmigración ilegal. Detención preventiva para proceder a su identificación, puesta a disposición judicial y si procede expulsión del país. No s si las embarcaciones serán confiscadas, pero el procedimiento es el que corresponde. Esta situación ha provocado una agitación social en varias ciudades europeas, como es el caso de España, donde sectores ciudadanos y agitadores profesionales, han provocado alteraciones, no exentas de violencia, de la normalidad ciudadana. Hay que entender que el derecho de expresión y manifestación está consagrado por la Constitución, es un derecho necesario en un sistema de libertades públicas, pero no es justificable el uso de la violencia como recurso reivindicativo. Cuando esto ocurre hay que hacer referencia al ¿«Quid prodest»? pues el beneficiado puede ser un tercero que parece estar fuera del origen de la protesta, pero que busca beneficiarse de toda acción que provoca inestabilidad social, institucional o económica y en este momento hay un enemigo de las democracias occidentales que trata de mantener una guerra híbrida.
Como persona me hieren las actuaciones militares israelitas en la zona de guerra y de una forma mas profunda los bombardeos encaminados a dejar el territorio como «tabula rasa», al modo de los bombardeos aliados sobre determinadas ciudades alemanas en la II Guerra Mundial, afectando a ciudadanos inocentes y destruyendo hogares e infraestructuras básicas, lo que supone una acción deshumanizada, pero la guerra es la antítesis de una conducta humana y degrada al hombre a un nivel mas bajo que el de una bestia salvaje, aunque ambos luchen por su supervivencia. Es necesario llegar a un acuerdo de paz inmediato que permita reconstruir los horrores provocados por la guerra, pero ambos contendientes, los terroristas de Hamas y el gobierno de Israel, han declarado aceptar la propuesta de acuerdo norteamericana. Un gran número de países esperan que posibilite una paz segura para ambos, pero queda la duda de la sinceridad de la aceptación por parte de Hamas, aunque también somos conscientes de la dificultad del mutuo entendimiento. Lo triste es que, a parte de la izquierda española le ciegue el odio y renieguen de esta propuesta, claro que lo suyo va de genocidio, pero del pueblo israelí.
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