Fuera de los grandes focos, en la columna se han ido abordando temáticas que tenían gran incidencia en el día a día de las personas. ... De un amor romántico se ha pasado a construir un hipermercado de los afectos, donde lo que manda es el goce en cada objeto de consumo. Imperan relaciones basadas en la autosatisfacción personal, para convertirnos en incapaces emocionales y de amar, para cubrirse por un objeto que pueda consumirse. Como decía Eva Illouz, hay una ineptitud para el amor, por ese turbo capitalismo que está entrenando para desechar los vínculos sociales y pasar rápido a la siguiente transacción. Es momento de compartir sin miedo ni vergüenza, lo afectivo sexual, porque las fracturas, los quiebros hacen sufrir. Porque es momento de construir las relaciones amorosas de otra manera, dialogar, debatir sobre jerarquías relacionales que excluyen, confrontan. Es momento para reforzar los vínculos sociales.
Hay que repensar la manera en qué deseamos o cómo nos vinculamos en las relaciones. Que no hay mitad incompleta, que no es un fracaso vivir sin pareja y cuando hay pareja, no se encuentra arriba del todo, no es la finalidad máxima. La pareja no es el sistema que organiza y distribuye los afectos desde una jerarquía, pero así es en muchas, muchas parejas. No hay miradas que den valor desde la jerarquía de pareja a la otra persona. Tienen que quedar desnaturalizadas ésas miradas. Hay que deslegitimar la construcción de ese amor de dependencia, aislamiento y de jerarquización de las relaciones que pueden derivar en las violencias del romanticismo del poder, del sometimiento, de la jerarquía. Y que es muy difícil que el entorno perciba lo que está pasando, para poder apartarse cuando las cosas están mal. Las relaciones se tienen que pensar, gestionar y entender colectivamente de forma diferente, teniendo una buena red afectiva. Cuidar los espacios, los entornos, las redes de amigas, poner en valor esa red. Dejar de ver las relaciones como una jerarquía, la revolución radica en sentir a toda la gente que forma parte de tu vida. El sistema no soporta que se tejan redes de apoyo para cuidarte, quiere relaciones exclusivas, por mandato social, con piso, convivencia, economía y criaturas, o es un compromiso débil. Es vital repensar cómo cada cual se sitúa con su pareja. Qué redes construye. Qué afectos tiene en cuenta y cuáles no. Recordar que en las relaciones hay al menos tres: Tú/Yo/Vida. Preguntarse con frecuencia en qué lugar se han situado a las amistades, a las redes afectivas.
Ellas hablan: Cómics transgresores contra los esquemas románticos. Liv Strömquist una de las dibujantes más importantes de Suecia, 'Los sentimientos del príncipe Carlos'. Tillie Walden, dibujante e ilustradora, 'En un rayo de sol'. Tommi Parrish, pintora y álbum relatos cortos, 'La mentira y cómo la contamos'. Es uno de los lenguajes de la contemporaneidad por excelencia. Certifican la existencia de un proceso cultural y social inminente: es el desmoronamiento del amor romántico, de la demolición del montaje de los roles jerárquicos.
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