La pandemia sumergida

La pandemia de la Covid-19 ha hecho estragos en el empleo en todo el mundo. Los registros del paro generado son inquietantes, pero lo ... son, si cabe, todavía más los efectos del coronavirus sobre la economía informal. En efecto, según la Fundación Foessa, vinculada a Cáritas, los trabajadores de la economía sumergida, que no gozan de protección social alguna, habrían visto cómo sus ingresos se han desplomado un 70%. La propia Cáritas denuncia que la pobreza severa —que se alcanzaría con ingresos de menos de 370 euros para una persona y menos de 776 euros para dos adultos y dos menores de edad— se ha incrementado un 30% a causa de la pandemia y afecta ya a un millón de personas en nuestro país. En estas circunstancias, es especialmente grave que no haya funcionado bien el Ingreso Mínimo Vital. Según el Sindicato de Técnicos de Hacienda, la economía sumergida representa en España el 25% del PIB, algo insostenible. La crisis ha sacado a la luz esta realidad intolerable, que debe resolverse definitivamente, pero no a costa de la súbita marginalización de cuantos han malvivido de este modo por manifiesta falta de oportunidades de hacerlo de otra manera.