Borrar

Ojalá no lo olvidemos

La Carrera ·

Los balcones se han vuelto un altavoz para el homenaje a los héroes, y a nosotros mismos. Los balcones son nuestros palcos ante un escenario que es una montaña rusa

alfredo ybarra

Miércoles, 25 de marzo 2020, 19:20

Comenta

Toda la carga de tribulación y sensación de vulnerabilidad que tenemos encima va a tener consecuencias imposibles de prever. Habrá cambios, aunque no sé si ... habrá el Gran Cambio al que toda esta congoja debería de empujarnos. Vendrán las vacunas, vendrán los reconocimientos, y recursos para la sanidad, el empleo y la economía. Pero lo primordial será reconstruir una sociedad que se ha visto totalmente vulnerable, arrebatada por el miedo y la impotencia. Los balcones se han vuelto un altavoz para el homenaje a los héroes, y a nosotros mismos. Los balcones son nuestros palcos ante un escenario que es una montaña rusa. Resistimos. Los móviles se llenan más que nunca de fino humor, de humor zafio, de frases 'mágicas', de falsos remedios contra el coronavirus, de inusitada alerta por nuestros mayores, de mensajes repletos de sentido común, de ánimos para todos esos titanes que estos días están en la primera línea,... Conversaciones por Skype; poesías compartidas, gimnasia metamorfoseada, leer, escuchar música, ordenar el armario,… Escritores, actores, cantantes, regalándonos conversación, regalándonos textos y canciones en Facebook. También en los balcones unos cantan, otros echan mano del ingenio. Y nos animamos. También hay momentos de bajón. Tenemos derecho si así lo sentimos a rebelarnos contra nuestra particular confinación y sus circunstancias. Pero también tenemos la obligación de buscar el lado positivo, de sentir que esta crisis es una tremenda oportunidad de refundarnos. Históricamente, todas las grandes pandemias causaron cambios esenciales en la organización política de los pueblos y en la cultura que los sustentaba. Jacques Attali, economista, y escritor francés, dice que tanto el Estado moderno como la mentalidad científica nacen como consecuencia de las calamidades sanitarias de los siglos XIV y XV. Cuando una pandemia asola una nación, descalifica el sistema de creencias y de control social que ha sido incapaz de impedir tantas y tantas muertes, y de que se produjeran convulsiones sociales, y los ciudadanos de base supervivientes, de algún modo se revuelven. Por eso es fundamental que la regeneración social, económica, laboral, también política, de valores en general, que se debe producir tras esta tiempo de tanta adversidad sea profunda, y verdaderamente catártica. Por eso, cuando pase todo esto, será momento de examinar los estamentos, poderes y estructuras, que marcan el paso de nuestra existencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Ojalá no lo olvidemos